Orar no necesita ningún esfuerzo especial.
Es algo tan simple como respirar.
Y tan vital como natural.
Es darse cuenta de lo que realmente está sucediendo.
En este preciso momento y en los siguientes: El Bien infinito.
Y si los sentidos presentan caos o un entorno deformado de situaciones, personas, animales y cosas, hay que prescindir al instante del accidental y prescindible envoltorio hecho de nada.
Y quedarme con el perfecto contenido que es el Todo.
domingo, 10 de marzo de 2019
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1 comentarios:
MUY CIERTO Y MUY HERMOSO,ABRAZO.
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