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jueves, 15 de febrero de 2018

EL DERECHO A LA ARMONÍA.

Cuando la preocupación, la tristeza, el miedo o incluso el pánico zancadillea nuestro caminar por la existencia urge hacer lo que sigue:
1º reconocer lo más pronto posible  que nada de eso es verdad.
Sólo son sugestiones de la mente mortal. 
2º Desconectarnos de esa madre de la mentira. 
Bloquear para siempre esa hipnótica sintonía.
3º Y lo más importante, escuchar en lo íntimo de nuestro corazón lo que susurra el Amor: 
"Solo es Aquel que sana todas tus dolencias, el que te rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias..." 
"Sólo es el Bien infinito manifestándose continuamente aquí y ahora, en la realidad". 
La armonía -nunca lo olvidemos- es nuestro derecho para avanzar conscientes. 
Hay que reclamarla siempre porque Dios ya nos la ha dado, y nadie nos la puede arrebatar..

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