Descubrir que no soy quien pienso es afortunado hallazgo que exige mudanza en el actuar.
Costará trabajo a estas alturas del partido cambiar prácticamente todas las estrategias..
Pero es imprescindible.
Ya que quien sufre
enfermedad o cualquier otra contrariedad es tan ilusorio como la
desarmomía que cree tener.
Y mientras admita que es real ese yo,
soñador y sueño a la vez, impide que se
manifieste la divina imagen qué es.
No invirtamos esfuerzo en corregir errores que nunca existieron en el universo único y real.
Sino aceptemos tan sólo como verdadera la armoniosa realidad que siempre pareció imposible.
sábado, 24 de febrero de 2018
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