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domingo, 22 de abril de 2018

EL PARA QUÉ DE UN DÍA MÁS


Hoy es el regalo de una jornada más. Y para practicar.
Pero, ¿cómo?
Se trata no de sanar, sino ver quien soy, donde estoy y entre quienes.
Es distanciarme del ilusorio escenario que erróneamente confundo con la realidad.
Porque la confusión sólo pertenece a la mente mortal.  Igual que el caos.
Ya que todas las ideas que existen, las de Dios, son inocentes, puras y perfectas. 
Ahora mismo.
No hay tiempo de convalecencia o consolidación de lo verdadero.
No hay que limpiarlas o mejorarlas. El error siempre está en la percepción. 
Y en ningún otro lugar a excepción de la Nada.
Así que lo que interesa ver es lo real.
Y no la mentira, aunque sea para corregirla, acto seguido. 
Apartemos pues, la atención de ella.
Y busquemos lo bello y lo bueno y nos encontraremos disfrutando de lo verdadero.

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