DIAGNÓSTICOS

Preocupan los diagnósticos y toda la clase de juicios sobre nosotros.
O acerca de esa prolongación del yo que llamamos "seres queridos".
Pero no hay que estar esperando para despejar las ansiedades o los temores.
Ya tenemos el diagnóstico infalible que no necesita de segunda opinión.
Siempre actual porque es eterno. 
"Todo está bien" (Génesis 1:31). Sin excepciones. Todo.
Ese es el juicio realmente científico y objetivo.
Los otros sólo sirven para el inexistente yo, protagonista de irreales sueños y pesadillas.
Es como si un día interpretaras un personaje en el teatro al que condenan a 2 o 20 años de cárcel. 
Y en otro drama fueras un afortunado jugador de lotería que recibirá 100 millones de euros.
Ni saldrías de esas funciones, deprimido por tu inminente ingreso en prisión.
Ni te volverías loco comprando Maserati, viviendas de lujo, yates....
Porque sabes muy bien que no eres un personaje.
Sino la imagen o idea perfecta del Ser infinitamente perfecto.