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miércoles, 15 de agosto de 2018

SANANDO SORDERAS

Te quejas del silencio de Dios.
Pero, ¿acaso no habla el arroyo..?
¿No explosiona el coro alegre de los pájaros cada mañana?
¿No arrulla el rumor de las ramas mecidas por la brisa?
Y e beso de la esposa al amanecer y al llegar la noche...
La risa de los niños...
E incluso también sus lloros ... y los de todos...
El universo todo es una divina y amorosa sinfonía que despierta, inspira y vivifica.
Quizás parecemos sordos por el olvido del universal idioma de Dios.
Y por el continuo y  ruidoso bombardeo de sonidos vacíos.
Por eso, más que dolerse, conviene retirarse al interior santuario de la paz para la cura eficaz de la escucha.

EL FRUTO DEL CONOCIMIENTO

"¿Quién soy?"
La eterna pregunta sólo tiene una acertada respuesta.
No busco en documentos ni en historiales genéticos.
En realidad, soy lo que es Dios mismo y nada menos.
Quedo en silencio y atiendo en confiada paciencia como Él se desvela en la medida que callo la algarabía de temores y ansiosos deseos.
Y me acostumbro a la luz.
Todo el Bien que voy percibiendo ese es mi Ser. 
Y lo soy desde siempre.
También ayer cuando creía sufrir o ser tan poco.
Y cuando así me descubro en plenitud inabarcable, siento el abrazo del auténtico universo, al tiempo que me fundo con él en amorosa unidad indestructible.

viernes, 10 de agosto de 2018

ORAR NO ES COSA DE DOS


Si en la oración incesante que ha de ser nuestra existencia, se desliza la consciencia de DOS, (Dios y yo), eso coloca extramuros del Ser, en la inexistente Nada.
Donde a la larga o a la corta, incluso se sentirá absurdo y sin sentido esa oración infecunda.
En el orar auténtico se evidencia que sólo hay Uno siendo, viviendo, sintiendo, amando, y no dos. 
Por eso no hay que pedir o desear ser querido o ser perfecto...
Sino ser consciente que sólo es el Amor perfecto dándose cuenta que es.

miércoles, 8 de agosto de 2018

PROPICIANDO EL ENCUENTRO

Al inicio del tiempo de oración una sola cosa hay que tener muy claro.
Que Dios es Quien se muestra. 
Es el decisivo requisito.
Porque Él nunca se oculta.
Sólo es el yo quien pone los obstáculos.
Así que no hay nada que forzar. 
Sólo aceptar agradecidos el experimentar Su Presencia. 
Nada de voluntad "humana" para gozar de la Unión permanente.
Nada se puede añadir.
Solo ese abrazo eterno que comunica el Amor, y que es nuestra auténtica identidad.