Ayer fue una querida amiga, pero hoy ya son dos más, las que me plantean el mismo tema.
"Cómo encontrar la vivienda adecuada".
Y la respuesta no ha sido inmediata porque no pretendí que fuera "mía".
Pero la escucha en oración una vez más me refrescó la Verdad.
Y así siento con claridad que la casa es sólo la manifestación de nuestro ser/estar en Dios.
Por eso hemos de procurar sentirnos siempre amplios, cómodos, seguros y en armonía.
Sin que su cuidado nos distraiga de la consciencia del Bien.
La casa es un derecho.
Y un deber el permanecer siempre en ella.
Y en la medida que se espiritualice el pensamiento y se arroje fuera la creencia de necesidad se hará visible en el tiempo y forma divinos.
No desear con todo nuestro corazón habitar en ese nuestro hogar desde la firme certeza de estar siempre en él, sería como renunciar a estar en Dios.
Pero es deseable una adición muy real e importante, ya que somos en la medida de sentirnos "nosotros" y no un "yo", muy espiritual que pretenda aparecer.
Debemos acompañar nuestro santo deseo con la continua consciencia de que todos los que parecen estar ahora sin techo protector, en realidad ya viven y se mueven siempre en la morada del Amor.
viernes, 12 de enero de 2018
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