P: ¿De qué forma la espiritualidad podría ayudar a cambiar la realidad
social?
R: Para cambiar el mundo hay que primero cambiar el hombre. O mejor, ser
consciente de nuestra verdadera identidad como imagen y reflejo de todas las
cualidades divinas. En una habitación donde reinan las tinieblas, sólo se
precisa que nada más que uno dé con el interruptor de la luz e ilumine ese
espacio. Aquí lo tenemos más fácil, en cuanto que el hombre verdadero es luz, y
lo único que hace falta es que teniendo
muy claro que uno no pertenece a este mundo se comprometa con él como la
levadura lo hace con la masa. La levadura se mezcla con la masa, a fin de
levantarla. Así elevaremos la condición social de la humanidad.
P: ¿Qué significa ver al hombre perfecto?
R: Hay que ser consciente de que sólo la visión de Dios es la correcta.
Porque no hay otra. Lo demás, cuanto más, es ceguera no reconocida. Confesar
nuestra imposibilidad de ver como Dios es empezar bien para terminar bien.
Adoptemos como ciegos la ayuda de un Lazarillo. Pero no a otro ciego si no
queremos tropezar o despeñarnos. Está bien que como personas que queremos vivir
en la Verdad y no en el sueño, aceptemos la Palabra inspirada de la Biblia como
nuestra guía suficiente hacia la Vida eterna 1. Si aceptamos como
verdad sólo lo que la Mente ve como real, no sólo no caeremos sino que
acabaremos viendo al hombre perfecto como Dios lo ve.
P: ¿Cómo aplicamos la Ciencia Cristiana en situaciones límites, como por
ejemplo, en situaciones de violencia?
R: Hay que estar siempre despierto. Eso es “orar sin cesar”. Hay que
tener en cuenta lo que dice el evangelio de que el día del juicio no te
sorprenda de noche, es decir, durmiendo. Si sales del sueño por una alarma no
vas a estar claro para reaccionar correctamente. Darás tumbos antes de
despertar del todo, y eso puede ser fatal. Por eso conviene salir cada día a la
calle bien “despierto”, sabiendo muy bien quien soy (la imagen de Dios) y donde
estoy (en Dios) y con quien me encontraré (con la creación benéfica de Dios).
P: Si Dios es bueno y está en todas partes y tiene todo el poder, ¿por
qué hay niños que sufren en el mundo y hay tanta pobreza y hambre?
R: Dios no es responsable de nuestras pesadillas. Él ha hecho la única
realidad donde nada de eso ocurre, sino cosas siempre maravillosas. Urge que
despertemos nosotros y ayudemos a despertar. Por supuesto que el amor, la
compasión, la solidaridad es el mejor despertador. Hay que iluminar nuestro
mundo para que descubra que esto no es un infierno donde penar sino un cielo
donde gozar.
P: ¿Cómo podemos aplicar la Ciencia Cristiana en lo cotidiano?
R: No sirviendo a dos señores. Es decir, no usando dos grupos de
pensamientos. Los de Dios que hablan de bien infinito y eterno, y los de los
hombres mortales que pregonan el poder y cotidianeidad del mal. Preguntándome,
cuando me noto con miedo, preocupación, aburrimiento o tristeza, cómo ve Dios
esta situación, cómo es en realidad.
P: En la asignatura Ciencias Naturales en la escuela enseñan que el
hombre es el mayor depredador en la cadena de depredadores. Con la tala
indiscriminada de árboles, la eliminación de desechos tóxicos en los ríos, la
contaminación a gran escala, ¿cómo podemos orar para que eso se revierta?
R: Dios no ha hecho a ese depredador. El hombre que
existe es el dotado de la facultad para desarrollar la creación y no ese loco
destructor. La reflexión acerca de los últimos versículos del capítulo primero
del Génesis y su comprensión ayuda mucho a revertir esas situaciones. Después
de todo, orar es escuchar a Dios. Y adorar sólo a Dios es –ad-orar– escuchar en
esa única dirección (”ad”). Sólo a la Palabra de Dios y no las sugestiones que
llegan abrumadoramente a nuestros sentidos.
P: El miedo a salir mal en un examen, a perder un ser
querido o a que los roben en la calle son miedos muy presentes entre los
adolescentes. ¿Qué verdades espirituales podemos usar para vencer cualquier
clase de miedo?
R: El estar consciente de la realidad es lo mejor para no caer en la
trampa de los espejismos. Conocer el desierto es lo mejor para no beber la
arena de un falso oasis. Saber que lo único es “Mente infinita y su
manifestación infinita, porque Dios es Todo-en-todo” 2 es una gran
ayuda. Porque el miedo es lo que hay que vencer. Y si todo es Amor no hay lugar
para el daño, el fracaso… Actuar la presencia de Dios, es decir, ser consciente
de que siempre estamos y caminamos en el infinito Amor, es el ejercicio más
útil y práctico contra todo lo que intenta amargarnos la fiesta de la vida.
P: ¿Cómo se puede perder el pánico a hablar en público, como por
ejemplo, dar un examen oral o hacer preguntas a un orador en un taller o
seminario?
R: Dios es la única Palabra. La intercomunicación viene de Dios al
hombre. Todo lo demás son balbuceos. Si oramos, escuchamos a Dios, dejaremos de
ser mudos y hablaremos las nuevas lenguas que el mundo necesita oír. Debemos de
saber que esa palabra inteligente, sabia, oportuna y amorosa siempre está en
nosotros, aunque nos parezca imposible. Porque Dios lo ha dicho “yo estaré en
tu boca”. Nunca pensemos que podemos hacer algo por nuestra cuenta. Siempre
somos la imagen de Dios. Y en un espejo la imagen de la mano del que se asoma
no se mueve sola, si no es la del sujeto la que tiene la iniciativa y lo
reflejado en el espejo le sigue. Jesús ya lo dice: “Nada puedo hacer por mí
mismo”. No estamos solos. Es imposible. Siempre estamos unidos a Dios, y en la
medida en que estemos conscientes de ello lo disfrutaremos.
1 Ciencia y Salud, pág. 497
2 Ciencia y Salud, pág. 468