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viernes, 9 de diciembre de 2016

NADIE PUEDE SERVIR A DOS SEÑORES (Mateo 6:24)

Ayer alguien me escribió: "Mientras leía mi libro en el living, llegó mi hija y encendió la tele para ver la novela.  Poco a poco lo que se desarrollaba en la pantalla fue capturando mi atención, por más esfuerzo que hacía por concentrarme en el libro. Ponía toda mi voluntad y leía y releía cada párrafo sin sacar provecho.  Hasta que comprendí que si no me alejaba por completo del radio de la televisión jamás mis intentos por entender lo leído tendrían éxito." 
Descubrimiento sencillo pero práctico. Porque por más que reconozcamos que la existencia mortal es un sueño o una película, si no nos desconectemos de ella sólo permaneceremos en una improductiva esquizofrenia y sin conseguir espiritualizar nuestro pensamiento. Hay que introducirse en la Verdad. Valorar el Espíritu por encima de todo lo que la mente mortal me pueda presentar. Sumergirse en la realidad que está en mi interior y estar ausente a lo de afuera.
"El Espíritu, Dios, se oye cuando los sentidos guardan silencio." Ciencia y Salud 89:21-22


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