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jueves, 15 de diciembre de 2016

PARA EMPEZAR BIEN...

Lo primero, encerrarse a diario en el tameión o aposento interior. 
No por refugio, pues Dios es Todo y nada hay que temer. 
Sin peticiones, sin preguntas... 
Sólo con la intención de estarde ser
Quizás en un silencio largo con apariencia de interminable. 
Pero sintiendo la Presencia o sabiendo que Es siempre Amando.
Aunque se demore algo por falta de costumbre.  
Y así, en paciente confianza, terminar bien. 
Empezar bien es terminar bien (Ciencia y Salud 262:31).


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