Creemos ser la manifestación de Dios. Pero para que imagen sea algo más que una palabra ajena a la cotidianidad concretemos que eso significa "que expresamos bondad, salud, inteligencia, armonía, paz, alegría, compasión que no lástima, guía segura, poder y sustancia ilimitados".
Y no esperemos a un mañana en la misma frontera de lo eterno.
Aterricemos todo ello en el ahora, por más que el yo personal nos susurre que todo es ilusión, inalcanzable por el momento.
Porque o somos el reflejo del Amor infinito o un inexistente Don Nadie que sólo parece ser en la Nada de la mente mortal.
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