Porque Dios no Es eso.
Y Él sólo está dando siempre lo que Es: Él mismo, Amor, Vida...
Hay que reconocer lo absoluto, lo eterno, lo inmutable y sin limites.
Exclusivamente y llenándolo todo.
Eso es orar: escuchar, percibir lo que Es.
Y entonces experimentamos la plenitud.
Aunque parezca que estamos cercado de infortunios.
Porque cuando llegamos a ser completamente conscientes de nuestro ser espiritual, ya nada nos puede hacer daño (ninguna enfermedad, ninguna falta de bien, ningún mal...).
0 comentarios:
Publicar un comentario