NUNCA CAMINE HACIA DIOS

¡Cuanta buena voluntad "humana" mal aprovechada!
Tengo que exclamar al repasar una existencia en busca de la perfección.
Cuantas veces he decidido ir hacia Dios.
O he procurado ser mejor.
Cuantos caminos para encontrar la armonía y la felicidad investigados y recorridos.
Sin llegar a ninguna parte.
Frustrado con las manos vacías e incluso heridas.
Hoy reconozco que el error estaba en el inicio.
No se trata de ir, sino de darme cuenta que ya estoy. Y estamos.
Nunca caminemos hacia Dios.
Sería alejarse de la Verdad.
Porque ahora estamos y somos el centro de Su Amor. Y eso siempre.
También en este preciso momento en que quizás la mirada no se ha acostumbrado a la luz que llena todo, y me siento envuelto en tinieblas.