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lunes, 11 de septiembre de 2017

OLVIDAR PARA FRUCTIFICAR


Hoy me detuve en las palabras con las que nuestros hermanos judíos bendicen a sus hijos cada shabat.
"Que Dios te haga como Manasés y Efraín".
Estos son los hijos que José tuvo durante su estancia en Egipto.
Después de todo lo sufrido al ser vendido como esclavo por la envida de sus hermanos y padecer injusta prisión durante años.
Manasés deriva del verbo hebreo "hacer olvidar". En cambio la raíz del nombre Efraín significa "fructificar".
De ahí que la bendición sabática de los niños encierra una gran enseñanza.
"Que Dios te haga olvidar el dolor del pasado para poder disfrutar de la rica realidad".
Sólo borrando el sufrimiento posibilitamos que el presente esté rebosante de abundancia y felicidad.
Mientras el recuerdo de las contrariedades antiguas, o de hace un minuto, se perpetúen en la conciencia del yo,l a manifestación de la alegre y armoniosa realidad siempre presente permanecen en la oscuridad.
Por eso ahora no formulo un deseo, sino reconozco que todos ya hemos sido bendecido por nuestro Padre como Jacob hiciera con sus nietos Manasés y Efraín".

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