Subscribe:

jueves, 23 de febrero de 2017

NUESTRO PATRIMONIO


Mi padre me repetía con frecuencia: “Sólo tenemos lo que damos”.
Hoy me permitiré corregirlo un poquito: “Sólo al dar  conocemos lo que tenemos”.
Porque el hombre no es alguien que tiene que recibir. Ya lo tiene todo.
No es un necesitado, sino un dador.
Dar es una de sus cualidades esenciales. Es la imagen  del Amor, del infinitamente Generoso.  
Quien no se atreve a dar  es porque no ha conocido a Dios. Por eso tampoco goza de la Vida. La ignora.
Jesús lo deja claro en su parábola de los talentos. (Mateo 25:14-30)
El que enterró el suyo lo hizo por miedo a perder.
Cuando en el reino de Dios nada se extravía o desgasta.
En “la casa” del Padre ni se resta ni divide. Sólo se suma y multiplica.
Ese es el secreto de los que no esconden el talento dado. Conocen las reglas de este universo espiritual. Nada se puede perder. (1) Todo se desarrolla, progresa e incrementa.
Pero, ¿Cómo multiplicar? El Maestro nos lo enseña con una lección práctica. Lucas recoge la “imposible” ecuación. Cinco panes, dos peces = cinco mil hombres + mujeres + niños. (Lucas 9:10-17)
Jesús la resuelve agradeciendo. O lo que es lo mismo: reconociendo la obra de Dios, la única realidad.
Mirando en la dirección correcta. No a los oscuros límites del mundo onírico de la existencia mortal.
Se multiplica cuando se ve correctamente.
Contemplar la Verdad, suscita la gratitud. La auténtica, no la que nace como respuesta educada y no sentida ante algo  que no se valora.
La gratitud, el reconocer, el saber ver lo que hay, es la fuente y el soporte de la provisión.
Por eso, acuñaría como recordatorio de nuestro patrimonio la frase siguiente:  “Sabemos lo que tenemos cuando agradecemos”.
Pero antes de teclear el punto final de esta reflexión compartiré el significado de  “patrimonio”. 
El diccionario nos informa: “lo dado por el padre”.
Y no lo olvidemos: nuestro padre es "el del cielo."
El Bautista afirmó: “Nada puede recibir el hombre, si no fuere dado del cielo”.(Juan 3:27)
Y el Cristo añadirá en palabras del maestro Jesús: “Todo lo mío es tuyo”.  
Luego... todo lo de Dios es nuestro.
-----------------------------------------------------------------

(1) Ver en numerosos pasajes de Ciencia y Salud. Como muestras: las páginas 302 y 360.   

0 comentarios: