Subscribe:

jueves, 11 de enero de 2018

SANANDO CON UN VERSO

Hoy he descubierto una vez más el sanador efecto  del inspirado verso de Epiménides “Vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser en Dios” citado por Pablo de Tarso en Hechos 17:28.
Porque ese estar en el corazón de Dios es un sólido seguro que hace imposible que alguna vez hayamos estado (o estemos) -como tantas veces creemos- en lo que no es Dios.
Así nunca he estado (ni estoy ni estaré), accidentado, dolorido, imposibilitado, necesitado, aislado o separado, en soledad, triste y sin esperanza.
Para gozar de nuestro continuo e inmutable ser en el Padre-Madre todo armonioso hemos de borrar los registros de enfermedades, accidentes, conflictos, amenazas, sufrimientos, confusión impotencia y oscuridad.
Nunca más volver a rumiar lo que en realidad jamás fue.
Porque su recuerdo nos saca como sonámbulos a caminar en la inexistente nada, inconscientes del abrazo eterno que nos mantiene establecidos en la felicidad.

0 comentarios: