En la Biblia, las historias de sus grandes protagonistas como Abraham, Moisés, Josué, Isaías, Jeremías, Ezequiel... Jesús, comienzan con la escucha de la llamada de Dios.
Y casi nada de su infancia o período encontramos anterior a ese encuentro.
Por lo que reflexionando sobre estas observaciones concluyo que la verdadera historia individual se inicia (y en realidad es) en el instante que se es consciente de la Palabra que DIOS nos regala desde siempre.
Lo demás no importa porque es solo sueño.
Ilusión placentera, anodina o dolorosa donde nada ocurre ni deja huella alguna.
Así pese a los muchos años que pueda contar mi personal agenda sólo he vivido cuando pensé con la Mente, sentí al Espíritu, o estoy siendo testigo del omnipotente Amor siempre presente.
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