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martes, 23 de mayo de 2017

EL PODER DE LO SENCILLO.

Hoy me dio por examinar la etimología de “sencillo”.
¿Cómo hacer simple, fácil, el diario existir?
Parece todo tan difícil y complicado.
Incluso, y quizás más, cuando se inicia el abandono del camino de la materia.
Y se sitúan los pies en el punto de partida espiritual.
Y descubro la clave.
La procedencia de "sencillo" es latina.
Su origen es el adjetivo numeral distributivo “singulo”.
Y el significado correcto sería “uno a uno”.
Y eso me regala una conclusión.
Hacer algo sencillo es propiciarlo desde la perspectiva del uno.
Concentrado exclusivamente en el ahora de este uno.
Sin pensar en lo siguiente.
Saboreando lo presente.
Sin prisa y aceleros.
Dándole toda la atención que el acto necesita.
Sin preocuparse por el siguiente “uno”.
Ya que eso lo convertiría en un irreal dos.
Y así, avanzar "uno a uno" todo es sublimemente simple… sencillo.

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