Subscribe:

miércoles, 14 de junio de 2017

USTED EN PRIMER LUGAR


Usted en primer lugar.
Puede parecer una afirmación egoísta. Pero forma parte de la práctica del Amor.
Lo he recordado hace unas horas.
Iniciaba el vuelo de regreso a casa después de unas semanas en Cambridge.
La azafata recitaba las instrucciones de seguridad aérea.
Como en tantas ocasiones. Como colocar el chaleco salvavidas... como no inflarlo dentro de la nave...
La rutina de siempre que normalmente oigo distraído.
Pero ayer capté el mensaje. La buena noticia, la guía... siempre viene de Dios al hombre. La Mente emite su Buena Noticia segundo a segundo, latido a latido.
Y escuché como dentro de mí se resaltaban algunas palabras: "la máscara de oxígeno deberá ajustársela usted en primer lugar... sólo después puede ayudar a los demás".
Por asociación de ideas, de repente recordé lo aprendido en otra época: "El oxígeno es imprescindible para la vida". "Se puede estar semanas sin alimento sólido, días sin beber, pero resulta imposible estar unos minutos sin aire y sobrevivir". "Respirar es vivir"...
Y el mensaje se aclaró al fin: Para ayudar a que los demás vivan, primero debo estar vivo.
Sin sentir la inspiración no soy útil para nadie. Los pensamientos de la divina Mente constituyen nuestro oxígeno, lo que hay que "inspirar". No con un acto de voluntad, sino simplemente aceptando; como algo "natural".
Un hombre que no está vivo no puede socorrer a nadie. Para salvar a alguien aprisionado en arenas movedizas, hay que estar pisando terreno firme. Lo contrario sería como el ciego que es conducido por otro ciego. Hay que aprender a nadar antes de hacerse "socorrista" de playa.
Y una vez más y con más luz, vi con claridad la importancia vital de la oración personal. Es el colocarse la mascarilla de oxígeno... antes de pretender auxiliar a los demás. Y hay que hacerlo al comienzo de cada jornada. Es curioso que esa palabra significa tanto "día" como "viaje".
Y cuando la apariencia de peligro se presenta, no hay que buscar desesperado o nervioso la mascarilla. De inmediato ella desciende sola. Lo único que hay que hacer es ajustársela primero. Luego, lo demás.
Fue una vivificante reflexión en las alturas, con las nubes blancas como una mullida alfombra para el vuelo. 

0 comentarios: