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lunes, 5 de junio de 2017

VIVIR ¿TIENE SENTIDO?


Si lo piensas, esta vida no tiene sentido.
No es infrecuente escuchar esta queja o parecidas.
Pero, ¿a qué se refieren?
Es obvio que a la existencia que cada cual está experimentando. A un estar en el tiempo, ansiosos por alcanzar aquello que cuando se consigue, temprano o tarde, siempre defrauda. A menos que no se recurra a la anestesia de una inconsciencia alienante.
No te afanes por nada. De todo te cansarás, me advertía alguien cargado de años y de experiencias. Un hombre de mundo y que “había vivido mucho” en opinión de sus vecinos.
Pero de gran “vividor” había pasado sin saberlo a desencantado seguidor del autor del Eclesiastés. Estoy seguro que de conocer ese libro hubiera firmado sin dudar sus primeras palabras: “Vanidad de vanidades; ilusión de ilusiones, todo es puro vacío. ¿Qué saca el hombre de su trabajo de cada día?(Eclesiastés 1:2-3)
¿Para qué vivimos? ¿Para qué trabajamos, luchamos?  Lo que se paga en esfuerzo, miedo y preocupaciones -cuando no en sufrimiento-, al final se descubre que no valía tanto.
Estas cursivas que destilan pesimismo en cada sílaba, ¿se están refiriendo a la Vida?
Ciertamente no, porque el que se expresa de este modo sólo confiesa su confusión acerca de la Vida.
Están hablando de una ilusión producto de una mente sin esencia. Una locura de gozos y sufrimientos. Y a menudo, más de los últimos.
Y es lógico que lo que carece de entidad, y es nada, no tenga sentido.
Pero la Vida sí lo tiene. Porque la Vida es Dios.
Y vivir es manifestar al Principio de Todo.
No es luchar por tener o experimentar un máximo de amor, felicidad, abundancia, paz, seguridad.
Vivir como hombre es ser consciente de la creación siempre perfecta de Dios.
Vivir es estar tan en lo íntimo, que sólo se es consciente de lo real. Es decir, de lo infinito, ilimitado, de lo por siempre bueno.
Vivir es sabernos tan imagen de la Vida que al sentirnos en la luz no nos detengamos en las sombras falsamente atractivas de la oscuridad ni nos asustemos con las horribles monstruosidades que las tinieblas pretenden hacer reales.
Vivir es saber (“saborear”) que aunque por tiempos parezcamos ciegos, lo verdadero es la maravillosa creación de la Mente que el Amor hace vibrar sin fatiga en una felicidad siempre nueva.
Vivir es ser inocente alegría, amor y uno en Todo desde el eterno asombro.
Los sentidos en los que la humanidad se apoya ni tienen ni pueden dar vida.
Pero la Vida, que ya somos, sí tiene sentido.

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