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sábado, 28 de enero de 2017

LO CONTRARIO DEL AMOR

Lo contrario del Amor no es el odio sino el miedo. 
De ahí que el saludo de Jesús sea “No temáis”. 
Porque corriendo ese negro y asfixiante velo es como se percibe el Amor. 
Sólo así siento la Presencia acariciadora de Dios que me establece de nuevo en la armonía. 
En eso consiste la Revelación: en “sentirme amado siempre”. 
Ser experto en teología sin saberme amado es ignorar de todo.
Pero ¿cómo rasgo esa oscuridad que nos envuelve con dolorosa frecuencia?
Sobre todo cuando comienzo a despertar en medio de ella. 
Ya la misma pregunta me consuela. Porque está claro que sólo los que se van liberando del sueño, notan la tiniebla que oculta la realidad que hay. 
El que duerme no se da cuenta. 
Pero regreso a la respuesta. 
Se hace la luz en “la noche del alma” al dejarse a un lado la persistente tentación de los sentidos y me aferro al Espíritu. 
El Amor, paciente, espera en lo más íntimo de mí mismo. 
“El reino (o cielo) dentro de vosotros está”(Lucas 17:21). No hay que buscarlo en las apariencias que velan la auténtica y única Verdad.
Sino abandonar la visión física o emocional y avanzar en el entrenamiento de la percepción espiritual. 
Y saber que puedo hacerlo porque ya tengo Todo.
“No temas, rebañito, porque a vuestro Padre le ha venido en gana daros el reino”. (Lucas 12:32)

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