Subscribe:

domingo, 15 de enero de 2017

SOÑAR UNA VERDAD NO SANA

¿Por qué a veces la solución se retrasa y nos sentimos atraídos por el abismo del desespero? 
En Escritos Misceláneos (214:24-27 ) Mary Baker Eddy advierte con clara rotundidad que no se puede "sanar al enfermo y aceptar el error y la verdad al mismo tiempo, ya sea al reconocerlo o aprobarlo. Esto impediría  la posibilidad de destruir la cizaña..." 
Para experimentar la armonía de la realidad hay que estar despierto y mientras estemos en el sueño continuarán la ilusión y las pesadillas. 
Para que no suceda hay que despertarse. 
Entonces el error llamado enfermedad, carencia de bien, conflicto... se disipará por completo y sin tocarlo como se evapora el rocío nocturno al sol de mediodía. 
Pero reconocer o volver a conocer como realidad lo que no pertenece al Bien significa que no me he despertado. 
Si sueño con un monstruo imaginario que obviamente no existe, el volver a mirarlo una y otra vez para ver si empequeñece o no, indica que sigo en duermevela. 
Sanar no es acabar con algo, sino caer en la cuenta que ese algo nunca existió ni aquí ni en ninguna parte. 
Ni en mí ni en nadie más.  
Sería una ilusión verme perfecto, pero rodeado de imperfección. 
Una verdad soñada no sana, porque en ese terreno deja de serlo.

0 comentarios: