Después de las vacaciones navideñas, en mi país se ha puesto de manifiesto un deseo colectivo:
Aprender inglés.
Llegar a comunicarse en inglés se ha
convertido en una necesidad primordial que desde niños a maduros todos
quieren satisfacer.
Pasado Septiembre, las academias de
idiomas están haciendo “su Agosto”.
Y casi todos los métodos comienzan
por el saludo: “How do you do?”
Necesitamos mejorar nuestra
comunicación. En eso, la mayoría está de acuerdo.
Aprender a relacionarnos con el mayor número
posible de individuos es muy conveniente.
Porque es altamente beneficioso
el establecer sólidas relaciones en todas las dimensiones:
internacionales, de negocios y trabajo, sociales, familiares y
personales.
Y parece que el inglés se ha
convertido en la lengua franca.
No obstante hay otro idioma más
universal y que hasta los bebés entienden. Se trata del lenguaje del Amor.
Como todavía soy un "beginner" en esta área, me limitaré
a copiar algunas notas del
nivel básico.
Comenzaré como lo hacen todos, por
el saludo.
Porque es lo primero al comenzar un
contacto. Independientemente de lo protocolario o cordial del mismo,
saber que significa esa palabra clarifica bastante.
Saludo viene de salud, solución, salvación
(los romanos al encontrarse se decían "Salve")... Nos deseamos lo mejor,
la salvación, la solución de problemas o liberación de errores.
Pero el saludo del Amor no se queda
en un deseo, sino que lo realiza y lo da. Lo
establece para siempre.
¿Cuál es el saludo que tenemos que
fijar en la memoria? ¡NO TEMÁIS!
¿Por qué? Porque nunca estoy solo,
sin defensa, condenado sin esperanza. Ayer, hoy y mañana, he estado,
estoy y estaré rodeado del Amor. Y éste no es pasivo, sino continuamente activo,
atento a nuestra necesidad, visionándonos perfectos e “inocentes”. El
Amor ignora el adjetivo culpable.
Mary B. Eddy recordará que'La
práctica científica y cristiana comienza
con la nota tónica de armonía de Cristo: “¡No temáis!”'
(1)
"No temáis" también es el saludo que
identifica al Amor desde las primeras páginas de la Biblia. Conviene que
repasemos como nos dice que jamás temamos, en ninguna ocasión, ni por
ninguna condición.
¡NO TEMÁIS! aunque tengáis el
amenazante Mar Rojo delante y el ejército del faraón a la espalda.
(2)
¡No temáis! ningún tipo de enemigos.
(3)
¡No temáis a los que parecen dioses!
y contra los cuales os sentís impotentes (4)
¡No temáis aunque creáis haber hecho
el mal! y merecéis el castigo, el rechazo y la condena.
(5)
No temáis porque la empresa se os
hace difícil y no sabéis como realizarla. (6)
No temáis lo que el mundo teme. No
temed la mala suerte, el destino, la herencia enfermiza...
(7)
No temáis, sino sed testigos sólo de
la obra de Dios. Dejad de considerar lo malo, las desarmonía.
(8)
No temáis a los que os calumnian o
maltratan (9)
No temáis a los poderosos, porque
"Tuyo es el poder y la gloria." (10)
No temáis a la crisis ni a la
aparente carencia de todo. (11)
No temáis porque yo estoy en medio de
vosotros. (12)
No temáis por
como os veis, porque gozareis de todas las bendiciones.
(13)
No temáis porque La Verdad se
descubrirá, brillará para todos. (14)
No temáis porque sois espirituales y
contra ello no hay poder. (15)
¡No temáis aunque parezca que
vuestro mundo se hunde, sino siempre tened ánimo.
(16)
¡No temáis ante la manifestación de
Dios. Sino levantaos, elevad vuestra mirada, vuestro pensamiento y
descubriréis que "
Todo es Mente infinita y su manifestación infinita, porque Dios es
Todo-en-todo."
(17)
No temáis cuando estáis buscando al que amáis, por el
Cristo que manifiesta.(18)
No temáis porque todo son buenas noticias.
(19)
No temáis porque siempre es el Yo soy el que se hace
presente.
(20)
No temáis porque los pensamientos de Dios -los ángeles,
sólo traen buenas nuevas, incluso durante la noche u oscuridad, si se está atento.
(21)
No temáis porque nada de lo que somos se puede perder.
Siempre permanecemos intactos.
(22)
Finalmente "No temas rebañito porque a mi Padre
le ha dado la gana regalaros el reino."
(23) El motivo para "no
temer" no está en nosotros, sino que descansa en la voluntad de Dios, en el “porque
sí” del Padre-Madre. Y esto si que nos sitúa en una relajada paz al retirar de nuestros hombros el pesado yugo de la responsabilidad.
(1) (Ciencia y Salud 410:31-1); (2)Éxodo 14:13-14; (3) Josué 10:25, (4) Jueces 6:10; (5) 1 Samuel 12:20-24; (6) 2 Crónicas 20: 15, 17 y 32:7; (7) Isaías 8:12 y 35:4; (8) Isaías 44:8; (9) Isaías 51:7; (10) Jeremías 42:11; (11) Joel 2:22; (12) Hageo 2:5; (13) Zacarías 8:13, (14) Mateo 10:26; (15) Mateo 10:28; (16) Mateo 14:27; (17) Mateo 17:7 y Ciencia y Salud 468:11-12; (18)Mateo 28:5; (19) Mateo 28:10; (20) Marcos 6:50; (21) Lucas 2:10; (22) Lucas 12:7; (23) Lucas 12:32.
(1) (Ciencia y Salud 410:31-1); (2)Éxodo 14:13-14; (3) Josué 10:25, (4) Jueces 6:10; (5) 1 Samuel 12:20-24; (6) 2 Crónicas 20: 15, 17 y 32:7; (7) Isaías 8:12 y 35:4; (8) Isaías 44:8; (9) Isaías 51:7; (10) Jeremías 42:11; (11) Joel 2:22; (12) Hageo 2:5; (13) Zacarías 8:13, (14) Mateo 10:26; (15) Mateo 10:28; (16) Mateo 14:27; (17) Mateo 17:7 y Ciencia y Salud 468:11-12; (18)Mateo 28:5; (19) Mateo 28:10; (20) Marcos 6:50; (21) Lucas 2:10; (22) Lucas 12:7; (23) Lucas 12:32.