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martes, 7 de febrero de 2017

NO AGÜEMOS EL VINO

Ahora, la ausencia del esfuerzo se promueve en la educación y en casi todo. Y los productos Light abundan cada vez más.
Se camina hacia una civilización de lo blandito.
Algunos rebajan la grasa de la leche, los grados del vino… Lo aguan todo. 
Está bien convertir el agua en vino, pero no al revés.
Las generaciones parecen nacer ya cansadas. 
Y así, muchos consideran que la palanca para la fama no debe ser el mérito sino el montaje mediático.
¿Ocurre igual en el plano de lo espiritual? Me ceñiré a lo más próximo para mí.
En el campo de la metafísica cristiana se añora con alarma los tiempos pasados. Cuando las curaciones eran pan nuestro cotidiano, instantáneas e impactantes.
¿Se clausuró esa época dorada? ¿Fue sólo una leyenda nacida de un utópico deseo?
Las incógnitas merecen ser despejadas. Y con urgencia.
La humanidad necesita saber que la Buena Noticia se apoya en la sólida garantía de “los ciegos ven, los cojos andan…”Ancla (Lucas 7:22)
Pero para ello hay que tomar el mensaje en estado puro, sin recortes. Y de continuo. No para un ratito o una emergencia.
Se trata de vivir siempre en la Verdad y no sólo acudir a ella cuando el sueño se convierte en insoportable pesadilla.
No sólo no existe el mal que me incomoda, sino ninguno. Por tanto no se justifica la crítica o el lamento acerca de lo imperfecto. Si lo percibo es porque me he salido de lo real, de la Casa del Padre.
La Verdad, que es el Bien, no se puede experimentar a medias. Esto es como los embarazos. No se puede estar sólo un poquito embarazado. Se está o no se está.
Jesús ya lo advirtió: “No se puede servir a dos señores”. (Mateo 6:24
La descubridora de la Ciencia Cristiana aclarará “Tan fácil es mezclar el fuego con la escarcha, como el Espíritu con la materia” Ancla(1) y más adelante añadirá: “porque el Espíritu y la materia, el bien y el mal, la luz y las tinieblas no pueden mezclarse” Ancla(2).
Simultanear los opuestos es confundir. Y así está el mundo, al margen de la claridad.
Aguar el fruto de la viña del Señor no será facilitar la práctica, sino convertirla en inútil.
Hay que ser radical. Se impone el arrancar Ancla(Mateo 5:29) de nuestra rutina todo aquello que sea obstáculo para experimentar el universo de luz y armonía “donde vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser” .(Hechos 17:28)
Si queremos que vuelvan aquellos tiempos hemos de practicar sin contemplaciones el No ver ni  oír ni informar de ningún tipo de imperfección.  Sino ver, oír e informar sobre el bien y solamente sobre el bien, en todo momento y bajo toda circunstancia.  A pesar de todo lo que parezca  ser lo opuesto.
Hay que tomar esta resolución todas las mañanas y repasarla todas las horas del día.  Ver perfección, una perfecta causa y un efecto perfecto, Dios perfecto y hombre perfecto, y rehusar cualquier tipo de excepción. Neguemos a admitir la más pequeña imperfección en nosotros, en nuestros amigos, en los llamados enemigos, en nuestros asuntos, y en los del mundo.
Entonces no volverá el pasado tan inexistente como el futuro. Sólo despertaremos en el único presente: el día del Señor. Y será nuestra alegría y nuestro gozo.

Ancla
(1)Ancla Ciencia y Salud 72:32-2
(2) Ciencia y Salud 186:9-11

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