Soy perfecto.
Pero serlo no es mi responsabilidad.
Esa realidad es Dios quién la sostiene.
Solo tengo que creerlo.
Es decir, aceptarlo simplemente.
Y permitir, (no impedir), que se manifieste.
Y de ese modo abrirme confiado y sin dudar a ver todo bueno, y siempre.
Y saldré del sueño y bañaré la mirada en maravillas.
Esa fe, ya va incluida de serie en la perfección.
Por lo que al comenzar cualquier acción sólo he de reconocer que puedo hacerlo con Quién es mi fuerza. Mi Todo y mi Mente.
lunes, 31 de julio de 2017
LAS MANOS NO VEN
Me dices que te cuesta infinito el ver a esa persona
"como
Dios la ve”
Y te comprendo desde el camino de la materia al espíritu en donde yo
también soy peregrino.
Ver con el sentido mortal, lo que sólo es en la única realidad, la de
Dios, es un acto esquizofrénico. Es experimentar una doble personalidad
y
situarse en la frontera de la locura humana.
Jesús se había despojado de la visión limitada y
así
todo le era posible.
Pero, ¿por qué? La explicación nos la da el evangelio de Juan.
El maestro de Nazaret es consciente de su inseparable unidad con el
Padre. “…como tú, Padre, en mí y yo en ti” (Juan 17:21).
Ese es el secreto del todo. Reconocer que nuestra identidad es “ser en
el Uno”. No somos “un verso suelto” de la creación.
Hace un rato se me cayó el bolígrafo con el que escribía. Y mi mano lo
recogió al instante. ¿Lo vio la mano? ¡No! Fueron los ojos los que lo
descubrieron.
No tuve que esforzarme en dar vista a esa parte de mi cuerpo.
¡Pero el ojo y la mano están tan juntos! No se sienten extraños. Y la
mirada es la que guía.
Ni mis pies, ni mis manos se quejan por no ver, sino que aceptan la
indicación.
La solución no es cambiar una visión material fea,
por otra
hermosa. Sino contemplar la realidad espiritual desde la única
Mente, al ser consciente de esa unidad indisoluble con el Espíritu.
¿Difícil? Me consuela y reconforta el saber que ese gran practicista
llamado Jesús ya nos dio tratamiento:
“No ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en
mí por la palabra de ellos, para
que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti.”
(Juan17:20 y 21) Él ya ha orado por mí
y por todos,
desde la gran pureza del Cristo.
Por eso,
al igual que Lázaro fue resucitado, yo también confío experimentar
un día
la
unidad que constituye lo que en realidad soy.
domingo, 30 de julio de 2017
MANIFESTANDO LA REALIDAD
"Tanto tiempo conmigo y no me conoces" (Juan 14:9)
Este amanecer me aplico las palabras de Jesús a Felipe.
"Tanto tiempo conmigo y todavía no me conozco".
Pero no me quedo en la queja.
Sino que en silencio dejo que Dios me hable de Él.
Porque siempre habla de Sí. Y así lo hace acerca de Todo.
Y también de mí.
Y el primer saludo refleja su estado de gozo.
Dios siempre está alegre.
Y me quedo ahí.
Comprendiendo que siendo Él, Amor eterno, esa condición es distintiva de la realidad.
Porque desde la tristeza no se puede amar.
Y si abro la puerta al miedo, se me ausenta la alegría.
Y dejo de ser, porque en Verdad, soy la manifestación de la alegría.
Y lo que la niegue no me pertenece.
Este amanecer me aplico las palabras de Jesús a Felipe.
"Tanto tiempo conmigo y todavía no me conozco".
Pero no me quedo en la queja.
Sino que en silencio dejo que Dios me hable de Él.
Porque siempre habla de Sí. Y así lo hace acerca de Todo.
Y también de mí.
Y el primer saludo refleja su estado de gozo.
Dios siempre está alegre.
Y me quedo ahí.
Comprendiendo que siendo Él, Amor eterno, esa condición es distintiva de la realidad.
Porque desde la tristeza no se puede amar.
Y si abro la puerta al miedo, se me ausenta la alegría.
Y dejo de ser, porque en Verdad, soy la manifestación de la alegría.
Y lo que la niegue no me pertenece.
EL HACEDOR DE LLUVIA
Porque urge traer el agua de vida a este mundo en que las sequías aparentes lo revisten de esterilidad, tenemos que reclamar nuestra condición de "Hacedores de lluvia".
En una aldea china una persistente sequía arruinaba cosechas tras cosechas. Cuando la hambruna se hizo insoportable decidieron llamar a un "hacedor de lluvia".
Este hombre vivía muy lejos, pero más grande era su fama.
Nada más llegar pidió un alojamiento retirado, a salvo de visitas.
Al tercer días, para asombro de todos, llovió torrencialmente y hasta nevó, fenómenos insólitos para esa época del año.
La población celebró con una fiesta el venturoso acontecimiento.
Al despedirlo, un extranjero que vivía desde hacia tiempo en la aldea, no pudo contener su curiosidad y le preguntó al "hacedor de lluvia" por la razón de su retiro de tres días.
-"Lo de menos fue el tiempo. Sólo, el preciso para purificarme. A veces se tarda más y otras, menos. Vivo en una región donde el Orden lo gobierna todo. Llueve en su época, solea en la suya. Allí, todo es Armonía. Esa es la causa del oportuno ciclo de agua y sol."
-"Pero, ¿por qué su aislamiento de todo?, ¿por qué retirarse lejos de la aldea?".
-"A mi llegada percibí el caos que reinaba aquí. No podían percibir el orden natural. Era la razón de la sequía. Ese era su error. Pero me impregné de su desorden.
Si quería ser útil, debía retirarme y restablecer mi armonía. Y así, hasta que el orden de mi espíritu se manifestara en la lluvia necesaria para el equilibrio de la vida de los campos y de los aldeanos.
Si no estoy en línea con el ambiente de mi mundo de origen -terminó- no sirvo para nada."
Esta historia contada por el misionero Wilhelm al famoso psiquiatra suizo C. G. Jung me ha ayudado en más de una ocasión para mejorar mi práctica de la Ciencia Cristiana. El relato encierra mucho.
Como explica el "hacedor de lluvia", cualquier desequilibrio es síntoma de una existencia caótica, descentrada. Cuando se ignora el Todo, o se vive de espalda al Bien siempre presente y todopoderoso, se abre la puerta a toda ilusión de mal. Y esta creencia al no ser combatida con la Verdad de la Totalidad Amorosa, parece que se cronifica y multiplica hasta límites inauditos para algo que en sí es solo una mentira.
Así sobreviene esa sequía del corazón que es la imposible soledad, la tristeza, el miedo, la enfermedad, el rencor... Hasta nuestro entorno parece contaminarse de huracanes, plagas, efectos invernaderos..., trágicos accidentes, incendios dantescos, acciones terroristas...
Pero la solución a todo es llamar al verdadero "hacedor de lluvia". Él es un hombre cuya patria está bajo el Gobierno del Orden, del Todo armonioso. Donde todo sucede según el sabio Principio originado en una Mente Perfecta.
Todos somos de ese lugar. Y tenemos que reclamar esa condición de "hacedor" de Bien, de reflejo de la Armonía del país donde todo se desarrolla de modo adecuado.
No obstante, también hay que estar alerta. Ser conscientes de las impregnaciones de ese mundo que no es el nuestro. "Están en el mundo, pero no son del mundo", decía Jesús el Maestro.
Cuando el "hacedor de lluvia" cayó en la cuenta de su contagio, se retiró un lugar apartado para purificarse, ponerse en sintonía con el Principio del Orden. Jesús lo hacía con frecuencia, para restablecer después la realidad de todo lo oculto bajo el engaño de la ceguera, de la parálisis, de la lepra o de la muerte.
En ese oasis, el "hacedor de lluvia" no se agobió con el tiempo. Lo importante era alinearse con el Espíritu de su verdadera patria.
Cuando se quiere expulsar las mentiras amenazadoras, no podemos enredarnos en nuevas ilusiones desestabilizadoras. Hay que expulsar el temor, la impaciencia, el falso sentido de responsabilidad de que la Realidad depende de uno. Sólo el ambiente de la patria original se ha de establecer en nuestra conciencia. En Ciencia y Salud, la Sra. Eddy escribe "No consintáis que ni el temor ni la duda oscurezcan vuestro claro sentido y serena confianza, que el reconocimiento de la vida armoniosa -como lo es la Vida eternamente- puede destruir concepto doloroso o creencia acerca de lo que la Vida no es" (Ciencia y Salud 495:20-25).
Cuando se consiga, lloverán torrentes de agua viva. Lavados de toda imagen mentirosa y de espaldas a las pesadillas que atemorizan a tantos, vestiremos la blanca túnica de los hijos y podremos celebrar la fiesta.
Esa imagen de la túnica de hijos o "el vestido de bodas" como se llama en otra de las parábolas de Jesús me trae a la memoria un pasaje de la vida de Mary Baker Eddy, la descubridora de la Ciencia Cristiana.
Cuenta Clifford Smith que en cierta ocasión la Sra. Eddy experimentó una grave contrariedad en relación con la publicación de "Ciencia y salud". Ella describe la situación como revestirse del cilicio de la desilusión. Estando en medio de esta manifestación de desorden y error la llamó un alumno para que lo ayudara con el caso de un moribundo. "Me puse el vestido de boda inmediatamente y sané el caso en veinte minutos" dirá Mary Baker Eddy.
El "hacedor de lluvia" afirmó que lo de menos era el tiempo cuando hay que armonizar una situación. Y dice verdad. Lo importante es acudir al trabajo de "hacer lluvia" revestido del traje de hijo de ese País de Bien que ya podemos llamar Cielo. Pero no lo es menos estar pronto y preparado. A la Sra. Eddy ni siquiera la pérdida del manuscrito de su preciado libro "Ciencia y Salud" le impidió "hacer llover la vida" en veinte minutos.
Comparo nuestra consciencia con una esponja. Si ésta la colocamos junto a un charco de agua sucia y maloliente, muy pronto estará empapada de suciedad y despedirá mal olor. Para que eso no ocurra, el remedio no será subvertir la condición de la esponja que es el absorber. Es mucho más fácil. Como medida preventiva sumergid la esponja en agua limpia hasta que quede saturada. Entonces ya se puede colocar en medio del océano por horas. Al recoger la esponja y estrujarla las gotas serán de agua dulce, nunca saladas.
Para estar prontos en nuestra práctica de "hacedores de lluvia" y poder vestir de inmediato el "traje de fiesta" es necesario que desde el inicio del día saturemos nuestra consciencia con la Verdad, la Totalidad del Bien y el Amor.
Porque urge traer el agua de vida a este mundo en que las sequías aparentes lo revisten de esterilidad, tenemos que reclamar nuestra condición de "Hacedores de lluvia".
En una aldea china una persistente sequía arruinaba cosechas tras cosechas. Cuando la hambruna se hizo insoportable decidieron llamar a un "hacedor de lluvia".
Este hombre vivía muy lejos, pero más grande era su fama.
Nada más llegar pidió un alojamiento retirado, a salvo de visitas.
Al tercer días, para asombro de todos, llovió torrencialmente y hasta nevó, fenómenos insólitos para esa época del año.
La población celebró con una fiesta el venturoso acontecimiento.
Al despedirlo, un extranjero que vivía desde hacia tiempo en la aldea, no pudo contener su curiosidad y le preguntó al "hacedor de lluvia" por la razón de su retiro de tres días.
-"Lo de menos fue el tiempo. Sólo, el preciso para purificarme. A veces se tarda más y otras, menos. Vivo en una región donde el Orden lo gobierna todo. Llueve en su época, solea en la suya. Allí, todo es Armonía. Esa es la causa del oportuno ciclo de agua y sol."
-"Pero, ¿por qué su aislamiento de todo?, ¿por qué retirarse lejos de la aldea?".
-"A mi llegada percibí el caos que reinaba aquí. No podían percibir el orden natural. Era la razón de la sequía. Ese era su error. Pero me impregné de su desorden.
Si quería ser útil, debía retirarme y restablecer mi armonía. Y así, hasta que el orden de mi espíritu se manifestara en la lluvia necesaria para el equilibrio de la vida de los campos y de los aldeanos.
Si no estoy en línea con el ambiente de mi mundo de origen -terminó- no sirvo para nada."
Esta historia contada por el misionero Wilhelm al famoso psiquiatra suizo C. G. Jung me ha ayudado en más de una ocasión para mejorar mi práctica de la Ciencia Cristiana. El relato encierra mucho.
Como explica el "hacedor de lluvia", cualquier desequilibrio es síntoma de una existencia caótica, descentrada. Cuando se ignora el Todo, o se vive de espalda al Bien siempre presente y todopoderoso, se abre la puerta a toda ilusión de mal. Y esta creencia al no ser combatida con la Verdad de la Totalidad Amorosa, parece que se cronifica y multiplica hasta límites inauditos para algo que en sí es solo una mentira.
Así sobreviene esa sequía del corazón que es la imposible soledad, la tristeza, el miedo, la enfermedad, el rencor... Hasta nuestro entorno parece contaminarse de huracanes, plagas, efectos invernaderos..., trágicos accidentes, incendios dantescos, acciones terroristas...
Pero la solución a todo es llamar al verdadero "hacedor de lluvia". Él es un hombre cuya patria está bajo el Gobierno del Orden, del Todo armonioso. Donde todo sucede según el sabio Principio originado en una Mente Perfecta.
Todos somos de ese lugar. Y tenemos que reclamar esa condición de "hacedor" de Bien, de reflejo de la Armonía del país donde todo se desarrolla de modo adecuado.
No obstante, también hay que estar alerta. Ser conscientes de las impregnaciones de ese mundo que no es el nuestro. "Están en el mundo, pero no son del mundo", decía Jesús el Maestro.
Cuando el "hacedor de lluvia" cayó en la cuenta de su contagio, se retiró un lugar apartado para purificarse, ponerse en sintonía con el Principio del Orden. Jesús lo hacía con frecuencia, para restablecer después la realidad de todo lo oculto bajo el engaño de la ceguera, de la parálisis, de la lepra o de la muerte.
En ese oasis, el "hacedor de lluvia" no se agobió con el tiempo. Lo importante era alinearse con el Espíritu de su verdadera patria.
Cuando se quiere expulsar las mentiras amenazadoras, no podemos enredarnos en nuevas ilusiones desestabilizadoras. Hay que expulsar el temor, la impaciencia, el falso sentido de responsabilidad de que la Realidad depende de uno. Sólo el ambiente de la patria original se ha de establecer en nuestra conciencia. En Ciencia y Salud, la Sra. Eddy escribe "No consintáis que ni el temor ni la duda oscurezcan vuestro claro sentido y serena confianza, que el reconocimiento de la vida armoniosa -como lo es la Vida eternamente- puede destruir concepto doloroso o creencia acerca de lo que la Vida no es" (Ciencia y Salud 495:20-25).
Cuando se consiga, lloverán torrentes de agua viva. Lavados de toda imagen mentirosa y de espaldas a las pesadillas que atemorizan a tantos, vestiremos la blanca túnica de los hijos y podremos celebrar la fiesta.
Esa imagen de la túnica de hijos o "el vestido de bodas" como se llama en otra de las parábolas de Jesús me trae a la memoria un pasaje de la vida de Mary Baker Eddy, la descubridora de la Ciencia Cristiana.
Cuenta Clifford Smith que en cierta ocasión la Sra. Eddy experimentó una grave contrariedad en relación con la publicación de "Ciencia y salud". Ella describe la situación como revestirse del cilicio de la desilusión. Estando en medio de esta manifestación de desorden y error la llamó un alumno para que lo ayudara con el caso de un moribundo. "Me puse el vestido de boda inmediatamente y sané el caso en veinte minutos" dirá Mary Baker Eddy.
El "hacedor de lluvia" afirmó que lo de menos era el tiempo cuando hay que armonizar una situación. Y dice verdad. Lo importante es acudir al trabajo de "hacer lluvia" revestido del traje de hijo de ese País de Bien que ya podemos llamar Cielo. Pero no lo es menos estar pronto y preparado. A la Sra. Eddy ni siquiera la pérdida del manuscrito de su preciado libro "Ciencia y Salud" le impidió "hacer llover la vida" en veinte minutos.
Comparo nuestra consciencia con una esponja. Si ésta la colocamos junto a un charco de agua sucia y maloliente, muy pronto estará empapada de suciedad y despedirá mal olor. Para que eso no ocurra, el remedio no será subvertir la condición de la esponja que es el absorber. Es mucho más fácil. Como medida preventiva sumergid la esponja en agua limpia hasta que quede saturada. Entonces ya se puede colocar en medio del océano por horas. Al recoger la esponja y estrujarla las gotas serán de agua dulce, nunca saladas.
Para estar prontos en nuestra práctica de "hacedores de lluvia" y poder vestir de inmediato el "traje de fiesta" es necesario que desde el inicio del día saturemos nuestra consciencia con la Verdad, la Totalidad del Bien y el Amor.
Porque urge traer el agua de vida a este mundo en que las sequías aparentes lo revisten de esterilidad, tenemos que reclamar nuestra condición de "Hacedores de lluvia".
sábado, 29 de julio de 2017
LA PASIVA NO SIRVE
Pienso: "Soy amado".
Y descanso.
Pero por poco tiempo.
Y corrijo.
Si soy la manifestación del Amor, no puedo decir "Soy amado".
Sino "Soy el Amor".
El cambio de voz pasiva a voz activa es muy importante.
Es esencial.
Lo estancado no se siente hasta que no se deja correr.
Para experimentar el Amor tengo que permitirme AMAR.
Y eso se hace gratis, sin condiciones ni excepciones.
En todas circunstancias.
Y en tiempo presente. No sirve "he amado" ni "amaré".
Sólo: "Amo siempre ahora"
Así se expulsará el miedo.
Y sin su andamiaje todas las desarmonías caerán.
Y descanso.
Pero por poco tiempo.
Y corrijo.
Si soy la manifestación del Amor, no puedo decir "Soy amado".
Sino "Soy el Amor".
El cambio de voz pasiva a voz activa es muy importante.
Es esencial.
Lo estancado no se siente hasta que no se deja correr.
Para experimentar el Amor tengo que permitirme AMAR.
Y eso se hace gratis, sin condiciones ni excepciones.
En todas circunstancias.
Y en tiempo presente. No sirve "he amado" ni "amaré".
Sólo: "Amo siempre ahora"
Así se expulsará el miedo.
Y sin su andamiaje todas las desarmonías caerán.
¿LLEGAR "A TIEMPO"?
Me escribes:
"Tengo mucho que memorizar." Para acto seguido añadir
la preocupación: "Y, el tiempo es escaso".
Esa carencia
es la que certifica el problema.
En el reino
de la ilusión, son muy frecuentes esos "imposibles". Como casar
"mucho" y "escaso".
Es importante
evitar ese irreal territorio.
Pero, ¿cómo
distinguirlo?
Lo
reconoceremos siempre que tropecemos con un límite. Porque la ley que
rige el real reino, el de Dios no tiene barreras. Nunca constriñe.
Al contrario,
nos establece en infinita expansión y en dominio libre y absoluto.
Pero en tu
carta encadenas más preguntas.
¿Cómo llegar
a tiempo? ¿Cómo concentrarme?
Si
consideramos que nuestro cuerpo es material no extraña que esa ficción
esté sometida a inflamaciones, dolores, mutilaciones…
Ser
consciente de nuestra verdadera naturaleza es lo que asegura sentir la
continuidad de la salud.
Admitir como
nuestra realidad que vivimos en el tiempo es contradecir la verdad
afirmada por Pablo: “En Dios vivimos…”
Es situarnos
en un territorio mítico donde la Mente está ausente.
Pretender
“llegar a tiempo” es enredarnos con la irrealidad y todas sus secuelas.
Vivimos en la
eternidad, sin limitaciones. Donde nada es imperfecto. Donde todo es
“perfecto”. Es decir, donde todo ya está hecho. (1)
En el
presente continuo de Dios, todo lo que debe ser, está equipado de todo lo
necesario para que ya esté siendo. Nunca falta oportunidad, habilidad…
Podemos
hacernos un horario pero sabiendo que cada apartado de nuestra agenda no
es un dogal que aprieta y estresa la acción. Sino un espacio flexible donde
todo cabrá de una forma u otra.
Por eso es
una sutil trampa pensar que hay una fecha tope y que no llegaré "a
tiempo".
Si la mejoría
de una creencia de enfermedad sólo se comprueba calibrando la los
pensamientos, nuestra memorización no hay que comprobarla en un recuento
de páginas estudiadas, sino en la convicción creciente, firme y estable
de que mi única mente (no tengo otra) es la Mente.
Eso no resta
consagración al estudio, pero sí lo libera de las erradas angustias de
no llegar "a tiempo",
Sólo
desconcentra el pensar erróneo acerca de la posibilidad de una actividad
que no sea originada por el Padre.(2)
Siendo sólo
“imágen” nunca hay que temer que los conocimientos no se queden en
"mi" mente, sino saber que están siempre en la Mente, que es la mía.
(1)
“Imperfecto”
proviene del latín y significa “lo no terminado”. “Perfecto” por el
contrario significa lo que ya está hecho.
(2)
“El Hijo no puede hacer nada por sí mismo” Juan 5:19.
"El Padre que está en mí es quien actúa". Juan 14:10.
viernes, 28 de julio de 2017
LA TOTALIDAD DEL UNO
Siempre que pienso en el error como una amenaza o un objetivo a combatir y destruir, perpetuo la ilusión y sus efectos.
¿Qué hacer entonces?
Enfocarme en el Bien exclusivamente.
¿Es esto hacer el avestruz?
En absoluto, si en la conciencia reduzco el error a su nada.
¿Cómo?
Mediante la firme convicción que sólo es el UNO.
Y todo esto, con independencia de que se haya disuelto o no el espejismo.
Porque lo importante es saber con la mayor claridad posible que esas "evidencias" sólo existen en la percepción equivocada de los llamados sentidos físicos.
¿Qué hacer entonces?
Enfocarme en el Bien exclusivamente.
¿Es esto hacer el avestruz?
En absoluto, si en la conciencia reduzco el error a su nada.
¿Cómo?
Mediante la firme convicción que sólo es el UNO.
Y todo esto, con independencia de que se haya disuelto o no el espejismo.
Porque lo importante es saber con la mayor claridad posible que esas "evidencias" sólo existen en la percepción equivocada de los llamados sentidos físicos.
EL MIEDO ES ATEO FEAR IS AN ATHEIST
Siempre lo es.
Aunque se repita “tengo mucha fe”.
Es la proclamación de la soledad y de la impotencia ante una amenaza.
Franquearle la entrada en la conciencia es confesar la realidad de esa siniestra ilusión que se llama Mal. Es afirmar su poder sobre el Bien. Incluso admitir implícitamente la inexistencia de Dios (al menos en la práctica).
Y eso, también es aplicable a la preocupación (forma más “civilizada” de sobrellevar nuestro miedo en el mundo actual).
Albergar esos sentimientos es situarse en un terreno del que ya se ha exiliado a Dios, el Bien.
Es la proclamación de la soledad y de la impotencia ante una amenaza.
Franquearle la entrada en la conciencia es confesar la realidad de esa siniestra ilusión que se llama Mal. Es afirmar su poder sobre el Bien. Incluso admitir implícitamente la inexistencia de Dios (al menos en la práctica).
Y eso, también es aplicable a la preocupación (forma más “civilizada” de sobrellevar nuestro miedo en el mundo actual).
Albergar esos sentimientos es situarse en un terreno del que ya se ha exiliado a Dios, el Bien.
Y asentados en ese desierto de oscuridad, no extraña que la respiración se
entrecorte y la armonía se convierta en caos.
Repetir “Yo creo en Dios” mientras se tiembla sacudido por el pánico es un inútil mantra sin sentido. Porque esa fe está vacía de comprensión.
Creer es reconocer la presencia “aquí y ahora” de una realidad (la única) que está siempre operativa.
Comprender que Dios es el Amor. Y que es uno conmigo sin interrupción.
Aceptar que tome el control total de mi existencia. Y así darme la oportunidad de experimentar su Poder.
Escrutar día a día las señales de su benéfica compañía y atesorar la memoria de sus caricias.
Estar atento y dispuestos a descubrirlo en el eterno tic-tac de nuestra existencia.
Entonces todo cambia, se “revela”. Como cuando la Tierra vuelta al sol en cada aurora viste de colores nuestro horizonte, y la oscuridad se desvanece con cada beso del Sol.
Lo que nos asusta es sólo el “negativo” de la luminosa manifestación del Bien infinito.
Y es que si “el miedo es ateo”, el Amor (su contrario) es el mismo Dios.
Repetir “Yo creo en Dios” mientras se tiembla sacudido por el pánico es un inútil mantra sin sentido. Porque esa fe está vacía de comprensión.
Creer es reconocer la presencia “aquí y ahora” de una realidad (la única) que está siempre operativa.
Comprender que Dios es el Amor. Y que es uno conmigo sin interrupción.
Aceptar que tome el control total de mi existencia. Y así darme la oportunidad de experimentar su Poder.
Escrutar día a día las señales de su benéfica compañía y atesorar la memoria de sus caricias.
Estar atento y dispuestos a descubrirlo en el eterno tic-tac de nuestra existencia.
Entonces todo cambia, se “revela”. Como cuando la Tierra vuelta al sol en cada aurora viste de colores nuestro horizonte, y la oscuridad se desvanece con cada beso del Sol.
Lo que nos asusta es sólo el “negativo” de la luminosa manifestación del Bien infinito.
Y es que si “el miedo es ateo”, el Amor (su contrario) es el mismo Dios.
Always. Although it may
repeat “I have great faith”.
It is the declaration of loneliness
and of hopelessness when facing a threat.
Letting fear enter our consciousness
is acknowledging the reality of that sinister illusion
called Evil.
It is asserting its
power over Good.
It is even admitting, implicitly, the
non-existence of God (at least in practice).
And all this is also applicable to
worry (a more “civilized” form of coping with our fear in
the present world).
Cherishing those feelings is placing
oneself on a terrain from which God, Good, has already been
banished.
Settled in this desert of darkness,
no wonder breathing is irregular and harmony becomes chaos.
Repeating “I
believe in God” while trembling, shaken by panic, is a useless chant
without meaning. Because that faith is empty of understanding.
Believing is acknowledging
“here and now” the presence of a reality (the only one)
which is always operative.
It is understanding that God is Love.
And that Love is one with me without interruption.
It is accepting Love’s taking full
control of my existence. And thus giving me the
opportunity to feel its Power.
It is exploring day after day the
signs of its beneficial company and cherishing the memory of its
embraces.
It is being alert and willing to find
God, Good, in the eternal tic-tic of our existence.
Then everything changes, everything
is “revealed”. As when the earth orbits the sun and in each
dawn the latter colours our horizon, and darkness vanishes at the kiss
of sunshine.
What scares us is only the
“negative” of the radiant manifestation of infinite Good.
Because if “fear is an atheist”, Love
(its opposite) is God Himself.
jueves, 27 de julio de 2017
ME SIENTO PERDIDO
Me dije: "Estoy perdido".
Pero no le abro la puerta al miedo.
Porque el único que se pierde es el yo. El "don nadie" inexistente.
Y sería magnífico, que esa ilusión con apariencia de alguien, jamás encontrara el camino de regreso.
Y quedar sin noticias de este experto en supervivencia que incluso habla de espiritualidad y metafísica.
En lo que he de fijarme es en Dios. En Él siempre estoy y me encuentro.
Aunque parece que casi no lo conozco.
Pero sólo en la medida que aprenda de Él, "sentiré" realmente mi verdadera identidad.
Porque sólo soy y experimento lo que sé del Uno.
Pero no le abro la puerta al miedo.
Porque el único que se pierde es el yo. El "don nadie" inexistente.
Y sería magnífico, que esa ilusión con apariencia de alguien, jamás encontrara el camino de regreso.
Y quedar sin noticias de este experto en supervivencia que incluso habla de espiritualidad y metafísica.
En lo que he de fijarme es en Dios. En Él siempre estoy y me encuentro.
Aunque parece que casi no lo conozco.
Pero sólo en la medida que aprenda de Él, "sentiré" realmente mi verdadera identidad.
Porque sólo soy y experimento lo que sé del Uno.
¿ES POSIBLE LA SOLEDAD?
¿Es posible la soledad?
No desde la perspectiva metafísica.
Sin embargo, muchos se quejan de sufrirla.
Las palabras de Dios, siempre ciertas, dejan una
conocida y orientadora declaración:
"No es bueno que el hombre esté solo." (Génesis 2:18)
Pero se puede estar solo muy acompañado.
Y en perfecta compañía siendo el único habitante de
la isla.
¿Donde se encuentra la diferencia?
Y ¿por qué no es buena la soledad?
La respuesta a una pregunta contesta la otra.
La identidad del hombre es su semejanza a Alguien.
El ser humano genuino es la manifestación de Dios. Y para que eso sea,
el manifestado no puede estar ausente de ninguna de las formas.
Cuando dejamos de identificamos como somos -la
imagen de Dios-, la soledad se convierte en nuestra atmósfera. Aunque
seamos abrazados por multitud de familiares y amigos.
La soledad no es buena porque indica alienación. No
ser consciente de la realidad. No gozarla. No vivirla.
La soledad no es sentir la casa “toda para uno
mismo al cerrar la puerta tras sí cada noche” como me confiesan en un
correo electrónico.
Es palpar el vacío alrededor o incluso dentro del
corazón aún en medio de "animada" conversación o inmerso en el bullicio.
El hombre se siente solo porque no siente a Dios en
sí o en los demás.
Se intenta enmascarar ese doloroso sentimiento con
envolvente actividad, diversiones o parloteos interminables... Pero al
final... nada… vacío. (Los que más hablan, son los que menos escuchan,
los que se sienten más solos).
La soledad no es de personas, sino de Dios. Es
falsa carencia de percepción de lo divino.
Cuando Le descubrimos manifestándose en la pareja,
en el vecino, en la mascota o en el perro callejero, entonces nos
situamos en la cálida placidez de la auténtica compañía.
Y si
en esa actitud, un naufragio pudiera arrojarnos a una isla desierta,
ya no necesitaríamos un Viernes para paliar la soledad. Todo,
flores, animales, estrellas y olas, nos harían compañía.
Pero
sobre todo, dentro de nosotros, nos sentiríamos llenos de la
infinitud de esa sempiterna y amorosa Presencia de la que todos
somos su reflejo.
Sólo
así se saciará el hambre de infinita compañía.
miércoles, 26 de julio de 2017
CÓMO SANAR TODO
Comparto conciso para no velar el mensaje con demasía de palabras.
¿Cómo sanar al que pide ayuda o la necesita en apariencia?
Dejo fuera al propio yo con su carga de limitaciones, dudas e incredulidades.
Y prescindo del testimonio de los sentidos acerca de él.
Borro todo lo que tenga que ver con personalidad o "evidencias" materiales.
Y lo más importante: elevo la mirada hasta descubrir al Cristo que en realidad es y soy consciente sólo de Dios manifestándose espiritual y perfectamente en el Todo.
¿Cómo sanar al que pide ayuda o la necesita en apariencia?
Dejo fuera al propio yo con su carga de limitaciones, dudas e incredulidades.
Y prescindo del testimonio de los sentidos acerca de él.
Borro todo lo que tenga que ver con personalidad o "evidencias" materiales.
Y lo más importante: elevo la mirada hasta descubrir al Cristo que en realidad es y soy consciente sólo de Dios manifestándose espiritual y perfectamente en el Todo.
¿QUÉ HACER CON LA CIZAÑA?
En el evangelio de Mateo se nos dice claramente
que la cizaña es sembrada entre el trigo mientras los hombres dormían.
La cizaña es el error. El sueño es su
sembrado. Allí y sólo allí es donde crece.
Los hombres no han sembrado la cizaña. No somos
responsables de eso. Ni tampoco de la buena semilla. Ha sido el amo quien la
repartió por su campo.
Cuando percibimos la mala hierba del error
debemos escuchar al Amo de la finca.
No se trata de sembrar acaloradamente más buena
semilla. Ya está toda en las entrañas de la tierra esperando dar su fruto en su
tiempo.
Ni de emplearnos a luchar contra el error,
entregados a la casi exclusiva tarea de extirpar la cizaña. Luchar contra el
error posibilita el riesgo de arrancarnos de la Verdad.
Sólo cuando la buena semilla "muestre" sus miles
de espigas cargadas de grano, será fácil separar sin miedo la cizaña.
Sólo cuando el Bien nos sea evidente, después de
una espera confiada, podemos enfrentar el error. Mientras hay que recurrir a las
palabras del Amo que tranquilizan y nos hacen confiar. Ese escuchar al "dueño de
la finca" se llama orar.
Las palabras del Amo anuncian: los graneros se
llenarán, no habrá hambre ni pobreza; la cizaña será siempre convertida en
ceniza para abonar los campos.
La Ciencia Cristiana revela un solo Poder. Pero
con relativa frecuencia parece que no aceptamos un solo Dios, sino la
existencia de dos poderes. Y quizás hasta podemos hablar más del error (nuevo
Satanás), producto siempre del sueño, que del Padre-Madre, único Principio y
Señor de Todo.
martes, 25 de julio de 2017
LA DIAPOSITIVA CORRECTA
Me escribiste: "No estoy a gusto con "mi" cuerpo".
Y añadiste un listado de "supuestos" argumentos.
No eres el único.
En este onírico escenario que llamamos "mundo", la humanidad se mueve a disgusto -y no sólo de su físico.
Unos resignándose.
Otros en angustioso desespero.
Y muchos intentando cambios. Que a la corta o a la larga ni llegan a convincentes ni tampoco a satisfactorios.
Y el error está en darle realidad al "mi" cara, "mi" carácter, "mi" entorno, "mi"...
Sólo hay Uno y totalmente perfecto.
Y su manifestación infinita e individual.
No hay que mejorar lo que aparece como una proyección.
Sino colocar en el foco la diapositiva correcta. La del Ser todo armonía.
Y al estar fijo en ella, gozar de Su única visión o idea.
Y añadiste un listado de "supuestos" argumentos.
No eres el único.
En este onírico escenario que llamamos "mundo", la humanidad se mueve a disgusto -y no sólo de su físico.
Unos resignándose.
Otros en angustioso desespero.
Y muchos intentando cambios. Que a la corta o a la larga ni llegan a convincentes ni tampoco a satisfactorios.
Y el error está en darle realidad al "mi" cara, "mi" carácter, "mi" entorno, "mi"...
Sólo hay Uno y totalmente perfecto.
Y su manifestación infinita e individual.
No hay que mejorar lo que aparece como una proyección.
Sino colocar en el foco la diapositiva correcta. La del Ser todo armonía.
Y al estar fijo en ella, gozar de Su única visión o idea.
UNA VEZ MÁS ¡LA ORACIÓN!
Orar es escuchar.
Sí. Pero no "como quien oye llover".
Sino
con una firme intención: aceptar todo lo que se nos dice.
Así conocemos nuestra auténtica realidad y condición: ¡siempre amados y
bendecidos en todo!
No
es una obligación.
Sino una dulce necesidad: el gratuito goce de la comunicación divina.
La
consciente consecuencia de nuestra unidad indisoluble y constante.
No
se precisa un desafío o una urgencia.
Es
el convivir cotidiano "en y con" Quien es el amoroso Todo.
Para algunos es el seguro recurso ante las ilusiones que parecen
entenebrecer el día.
En
esas ocasiones hay quien pregunta: ¿Cuánto orar?
La
respuesta es: Hasta
que uno se entera.
Comprender que todo es obra de Dios. Y por tanto nada puede afectar a la
universal, infinita y absoluta perfección.
Cuando “quedo enterado”, porque he puesto el oído y aceptado (creído
hasta la convicción) lo que Dios está diciendo, la paz invade hasta el último
rincón del ser.
Cuando se conoce por la aceptación ya nada hay que negar, sólo
reconocer.
Y
ya no hay que continuar más con la oreja en trompetilla como un sordo.
Pero eso no significa dejar de orar.
Porque necesitamos vivir.
Y
la Palabra “que sale de la boca de Dios” es nuestro verdadero,
suficiente y necesario alimento.
Por eso “oramos sin cesar”, sin cansancio.
Al
igual que deseamos vivir sin término, y esa experiencia nunca conlleva
fatiga o aburrida rutina.
Y
cuando la inquietud golpee de nuevo la puerta del pensamiento, no habrá
que conectarse una vez más. Sólo aguzaremos la escucha.
Y
entonces, el miedo o la duda temerosa, se desvanecerán sólo con prestar
atención a la palabra convincente.
Ésta es el aliento que necesitamos, no sólo en momentos, sino para vivir
con plenitud por toda la eternidad.
lunes, 24 de julio de 2017
ENCONTRAR EL TODO
Paz, autoestima, seguridad, vitalidad, comprensión, memoria, compañía, provisión...
¿Dónde buscar lo que necesito?
Nunca fuera.
El Reino está dentro.
Cuando me siento incompleto, con serias carencias, es útil recordar al profeta.
"Busca en tu casa". En la conciencia.
Pero con la serena y firme seguridad de que siempre está y sin condiciones.
Descansar en esa certeza propicia su encuentro y disfrute.
Sentirse poseedor de Todo y nunca necesitado es la luz que nos descubre estar en la cueva de infinito tesoro.
¿Dónde buscar lo que necesito?
Nunca fuera.
El Reino está dentro.
Cuando me siento incompleto, con serias carencias, es útil recordar al profeta.
"Busca en tu casa". En la conciencia.
Pero con la serena y firme seguridad de que siempre está y sin condiciones.
Descansar en esa certeza propicia su encuentro y disfrute.
Sentirse poseedor de Todo y nunca necesitado es la luz que nos descubre estar en la cueva de infinito tesoro.
ORAR ES LA MEJOR FORMA DE AMARSE
Orar es, sobre todo, escuchar a
Dios.
Y escucharle es despertar a la
Realidad: ser consciente de nuestro eterno vivir en el Bien, en la
Armonía Infinita, Absoluta e Inmutable.
La preocupación por nuestras
necesidades o deseos nunca nace de un amor, sino de una locura. De la falsa creencia de
estar solos -huérfanos en definitiva-, y de que todo lo tenemos que procurar por
nosotros mismos.
La ansiedad o el afán no evidencian
el amor hacia nosotros mismos. Más bien indican un ilógico, estéril e inútil
interés por llenar unos vacíos inexistentes. Porque Dios es Todo y colma
Todo.
Orar es caer en la cuenta de la
Verdad: “vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser en el Amor”. Un Amor
que se manifiesta en cuidado paternal, satisfacción de todo benéfico
deseo, felicidad continua y creciente en su desarrollo.
Orar es, pues, la mejor forma que
el hombre tiene de amarse, al permitir disfrutar de la armoniosa e
indestructible unión con Quien es nuestro Padre-Madre, al hacernos
conscientes de la Realidad.
El tiempo que reservamos para orar
activa el maravilloso regalo de la Vida en plenitud. Orar es la mejor
forma de amarse ya que nos permite sentir el Amor eterno y total.
domingo, 23 de julio de 2017
SOBRE LA ROCA FIRME
Lo mejor para salvar al que le arrastra el río, es estar sólidamente establecido en la orilla.
Por eso para atender eficaz y pronto a
las llamadas de socorro que pueden sonar a cualquier hora del día es
estar acomodado en la tierra firme que es la Casa
del Padre.
Tener una única Mente, ya que el significado de casa es consciencia.
Sólo con ella observarme y contemplar
lo que me rodea.
Si horas tras hora percibo lo perpetuo, lo bueno y lo
verdadero es señal inequívoca que estoy en el ámbito de la Verdad.
Pero si sigo percibiendo como cierto lo caduco, lo malo, lo falso... es que he traspasado el
portal de la Verdad, y estoy dentro la neblina de la hipnosis.
En la práctica, es un continuo
ejercicio de atención y vigilancia. “Vigilad y orad para no entrar en
tentación”.
Es como manejar un auto. El peligro está en mirar con pánico los precipicios junto a la carretera de montaña. Sólo hay que apartar la mirada y centrarla en el
camino.
Porque los barrancos o los vacíos no pueden posesionarse de nosotros y arrastrarnos al abismo.
Por eso desde la roca firme del Cristo, que además es el Camino, sí es posible sacar a la luz a los que se ahogan en el sueño del error.
REAL SABIDURÍA
Algún
tiempo frecuenté los escritos de Khalil Gibran. Y como cosecha de
recuerdos, acude hoy a mi memoria uno de sus relatos. El poeta libanés
lo tituló “El rey sabio”. Se cuenta allí el enloquecimiento de una
población al beber de su único manantial previamente emponzoñado por un
enemigo. Al principio sólo el rey y su chambelán se abstienen de esa
agua. Sólo ellos conservan la cordura. Pero al fin también beben. Evitan
así el ser destronados. Sus súbditos comenzaban ya a acusarles de locos
ineptos para el gobierno..
La historia me hace reflexionar..
También la presente humanidad
parece haber bebido de esa agua que hace habitar lejos de la realidad
natural. Es sentirse en una dimensión imaginaria, fuera del Paraíso de
lo razonable. Aquí el líquido envenenado es como la fruta sugerida por
la serpiente tentadora. Génesis 3:1-6.
Los humanos ya no son conscientes
del “universo” de la Verdad sino de lo “diverso” del error. La droga
suministrada nos ha cambiado el centro. Ya no es el Uno sino la
división, la dualidad. Y así todo se percibe como “descentrado”, a años
luz de la armonía. Quien ha de gobernar debe abstenerse de ese líquido
y de sus consecuencias hipnóticas. Y esa es la misión del hombre. Ha
sido creado para regir el universo. (Génesis 1:28) .
Pero si se permanece fiel a la
realidad, la confrontación con el mundo se convierte en ineludible.
Entonces, el apego al poder, aunque esté desprovisto de su auténtica
finalidad (establecer en la felicidad), empuja a apurar la copa del
engaño. Ya es demencial síntoma, oponer tanta resistencia a sentirse
exiliado de este territorio de locos. Resistir a la ilusión y aferrarse
a la bondadosa y única visión del principio es la solución.(Ciencia y Salud 495:17).
Cuando recuerdo al “rey sabio” y a
su chambelán, se me agiganta la figura del maestro de Nazaret. La
sabiduría de este mundo es aceptar los pensamientos mayoritarios aunque
sean disparatados. La del Cristo, practicada por Jesús, es la única e
infinita bondad del Todo. Una visión que permanece perfectamente
armoniosa sin inicio ni fin. Sólo el mantenerse en la eterna enseñanza
del primer capítulo del Génesis (versículo 31),
ayuno de aguas empantanadas, puede despertar a la humanidad de su loco
sueño y negra pesadilla. Ciencia y Salud 476:34-7 Hoy
el mundo intenta aplacar su sed. Pero sólo bebe de manantiales
contaminados que nunca sacian. Y como la samaritana del pozo claman sin
saberlo por el agua viva. Juan 4:15. .
Individuos no hipnotizados, como
Jesús, se hacen imprescindibles. Hombres y mujeres que ni acepten como
buena la sabiduría del “rey” de Khalil Gibran, ni vean lo sugerido por
el líquido envenenado. ¿Ha pasado ese tiempo? ¿Nos encontramos en la era
de los “reyes sabios”? ¿Nos vemos abocados a llamar normal a lo que es
locura? ¿Tenemos que soportar como nuestra natural herencia al mal en
todas sus diversas variantes?
¡No! Y hay que gritar alegres y sin dudas esta negación. Porque todos -sin excepción alguna- somos esos hombres plenos de perfección. Otros diferentes nunca fueron creados. .
¡No! Y hay que gritar alegres y sin dudas esta negación. Porque todos -sin excepción alguna- somos esos hombres plenos de perfección. Otros diferentes nunca fueron creados. .
Como a regidores de la creación se
nos dotó de todo lo necesario para cumplir con nuestra alta misión. Ni
nunca el agua envenenada nos tocó, y es la fuente de la misma Vida la
que nos fortalece para un combate ya ganado.
Y lo más importante: la ilusión no
nos puede hipnotizar porque sólo tenemos una sola Mente para contemplar
la armoniosa realidad.
sábado, 22 de julio de 2017
COMO EN VIENTRE MATERNO
"Voy hacia el Padre".
Te escuché decir ayer, antes que corrigieras el descuido de expresión.
Y pensé: ¡Que ajetreo más inútil y limitante".
Ir cuando ya se está "dentro", en lo Único.
Es como privarse de la gozosa conciencia.
Aunque confieso que muchas veces creo estar como la criatura en el vientre de la Madre.
Inconsciente de Su existencia, pese a vivir de Su Vida.
Pero ¡qué maravilla! cuando logro descubrir que mi entero entorno es el cálido latido del Padre-Madre llenando el Todo de infinita armonía.
LO ÚNICO IMPORTANTE THE ONE IMPORTANT FACT
No es la curación. Sanar o vencer los
desafíos que se nos presentan quizás a diario, no es lo importante.
Y es que a veces se confunde lo esencial de
la llamada “Ciencia Cristiana”.
No se trata de una exitosa terapia
espiritual. Una definición así contendría un tremendo error. Porque se
habrían descolocado los términos.
La dimensión espiritual es lo sustancial. Y
la acción terapéutica sólo es lo adjetivo.
Así lo declara Jesús a la vez que subraya el
estado de permanente alegría, propio de quien vive en la Verdad.
“Pero no os regocijéis porque las
enfermedades se os sometan, sino porque vuestros nombres están en el
Cielo”. (Lucas 10:20)
Lo importante es lo segundo. Lo único real.
La curación –el dominio sobre los males- es
algo muy secundario en relación con lo primero.
Y tampoco comparte idéntico nivel de
existencia.
¿Cuál es el motivo de la alegría? ¿Qué fui
diagnosticado de cáncer y éste se ha disuelto? ¿Qué aquel era ciego y
ahora ve?... ¡No!
La causa del gozo es que nuestros nombres
están en el Cielo.
Pero no olvidemos que el “nombre” para un
semita como Jesús, Pedro o Juan, significa el “ser” de alguien.
Esa es la razón del júbilo. Porque nuestro
ser habita siempre allí donde sólo está el Bien. Y es Él quien gobierna
en exclusiva.
Esa es la Verdad que fundamenta y justifica
el vivir en continua paz y segura armonía.
Así lo entendió Pablo cuando afirmó que en
Dios nos movemos, vivimos y tenemos nuestro ser. (Hechos 17:28)
Esa es la única realidad donde ni
imperfección o carencia pueden existir.
Tener nuestro ser en Dios es la Causa o
Principio de Todo. Lo demás son sus efectos.
Ser consciente de eso es lo que importa. En
esa realidad hay que profundizar. En ese pensamiento hay que permanecer.
Si esta realidad no se reconoce, las
ilusiones que atormentan los sueños, se adueñarán de nuestro mundo.
Y continuarán con sus dolorosas sugestiones
pese a todo.
Por el contrario, si nos regocijamos porque
siempre estamos en el Bien, esa alegría disolverá todo lo que no se
presenta como armonioso.
Porque la Ciencia Cristiana no ilustra el
cómo luchar contra errores, sino que nos descubre cómo disfrutar la
única Vida que es.
It is not healing. Healing or meeting challenges is not the important
fact. Essentials in what is called Christian Science are sometimes mixed
up. Christian Science is not a spiritual therapy. The expression
“spiritual therapy” holds in itself a great mistake.
The terms have been shifted.
Because the important fact is the spiritual dimension and the
therapeutic action is only something secondary.
Jesus so declares, emphasizing at the same time the state of permanent happiness characteristic of those who live in Truth. “Notwithstanding in this rejoice not, that the spirits are subject unto you; but rather rejoice, because your names are written in heaven”. (Luke 10:20)
The second part of his statement is the important one. It is the one real fact.
Healing – dominion over wrongs - is something totally secondary in relation to the first essential. And it does not share identical existence.
What is the reason for joy? Is it that cancer was diagnosed and it has dissolved? Is it that someone was blind and now he can see? ...¡No!
The reason for joy is that our names are written in heaven.
We must remember that the “name” for a Semite such as Jesus, Peter or John, stands for somebody’s being. So we must be happy because our being is where only Good is. And He is the one Who governs, exclusively.
That is the Truth which lays the foundation for, and justifies, living in permanent peace, and ensures harmony.
Paul understood it thus when he stated that in God “we live, and move, and have our being” (Acts 17:28).
That is the only reality, where neither imperfection nor lack can exist.
Having our being in God is the Cause or Principle of Everything. Everything else is its effect.
Being aware of that fact is what matters. We must go deeper into that reality. We must remain in that thought. If that reality is not acknowledged, the delusions which torture our dreams will get hold of our world. And they will continue with their painful suggestions no matter what.
On the contrary, if we rejoice because we are always in Good, that joy will dissolve everything which does not appear as harmonious to us.
Because Christian Science does not explain how to fight against error, but uncovers how to enjoy the only Life which is.
Jesus so declares, emphasizing at the same time the state of permanent happiness characteristic of those who live in Truth. “Notwithstanding in this rejoice not, that the spirits are subject unto you; but rather rejoice, because your names are written in heaven”. (Luke 10:20)
The second part of his statement is the important one. It is the one real fact.
Healing – dominion over wrongs - is something totally secondary in relation to the first essential. And it does not share identical existence.
What is the reason for joy? Is it that cancer was diagnosed and it has dissolved? Is it that someone was blind and now he can see? ...¡No!
The reason for joy is that our names are written in heaven.
We must remember that the “name” for a Semite such as Jesus, Peter or John, stands for somebody’s being. So we must be happy because our being is where only Good is. And He is the one Who governs, exclusively.
That is the Truth which lays the foundation for, and justifies, living in permanent peace, and ensures harmony.
Paul understood it thus when he stated that in God “we live, and move, and have our being” (Acts 17:28).
That is the only reality, where neither imperfection nor lack can exist.
Having our being in God is the Cause or Principle of Everything. Everything else is its effect.
Being aware of that fact is what matters. We must go deeper into that reality. We must remain in that thought. If that reality is not acknowledged, the delusions which torture our dreams will get hold of our world. And they will continue with their painful suggestions no matter what.
On the contrary, if we rejoice because we are always in Good, that joy will dissolve everything which does not appear as harmonious to us.
Because Christian Science does not explain how to fight against error, but uncovers how to enjoy the only Life which is.
viernes, 21 de julio de 2017
NO HAY QUE EMPUJAR AL RÍO... FLUYE SOLO.
No empujes el río... fluye solo.
Es una acción cansada, inútil y frustrante .
Como ir en un tren con el temor de no llegar a tiempo.
Y con todo nuestro cuerpo hacia adelante y en tensión.
Como pretendiendo ayudar a un aumento de velocidad.
Igual ocurre con nuestra existencia.
"¿Quién, por mucho que se afane, podrá añadir un codo a su estatura?" (Mateo 6:27)
"¿Quién, por mucho que se afane, podrá añadir un codo a su estatura?" (Mateo 6:27)
Hacer la voluntad propia es esfuerzo estéril.
Aunque a veces parezca que lo conseguimos.
Porque afortunadamente sólo sucede la Voluntad del Uno.
Siempre buena.
Y que ya es.
No hay que ayudarla, sino fluir con Ella.
En dulce y alegre confianza, reconociendo que lo que no es, ni será con nuestro intento, ni conviene que sea.
Y siendo consciente de que el Bien no sólo será, sino que ya es aquí y ahora, y en todos.
EL MEJOR SEGURO
-¿Sabes? A Luis le han salido alas en el
cuello.
-Bromeas, Felipe. No me enredes.
-No. Te hablo en serio.
-Pues conmigo te dejas de cuentos. No me trates
como un iluso.
Estoy seguro que nuestras respuestas serían muy
parecidas si alguien nos quisiera asegurar noticias como las del
diálogo.
¿Por qué seríamos tan firmes en negar? Porque ya
hemos establecido una verdad acerca del tema. Los hombres no tienen alas
ni en el cuello ni en ninguna otra parte de su cuerpo.
Lo que nos hace ser espontáneos en negar no es una
fe sino una verdad comprendida y comprobada una y otra vez.
Importa poco si es Felipe quien me cuenta su
historia o la serpiente del paraíso. Si la información no se corresponde
con mi elenco de verdades, no cuela. Aunque lo afirmen mis propios ojos
o los otros sentidos físicos. En ese caso afinaré la visión con la
sospecha cierta que lo contemplado es mera ilusión óptica.
¿Por qué aceptamos las informaciones acerca de la
existencia del mal? Hasta el punto de dejarnos influir por lo que nos
habla de “números rojos”, o de enfermedades que nos atan al dolor, a la
impotencia o la debilidad.
La respuesta es simple. No hemos establecido en
nuestra conciencia la verdad acerca de la totalidad exclusiva del bien.
Es decir, no tenemos por cierto que Dios sea el Bien infinito siempre.
Aceptar a Dios como la realidad y comprender las
implicaciones y consecuencias de esta verdad cortará el paso a todos los
“cuentos”.
Y establecida la verdad la podré comprobar toda
vez que dirija su luminosa comprensión a cada rincón de nuestra
existencia.
El mejor seguro es la Verdad establecida en
nuestra conciencia.
jueves, 20 de julio de 2017
¿OPORTUNIDAD O DESGRACIA?
El teléfono no descansó.
Relatos de situaciones imposibles de revertir según los diagnósticos médicos o financieros. Supuestas y variadas desarmonías con evidentes pretensiones de angustiosa realidad.
Y recordé: "La necesidad extrema del hombre es la oportunidad de Dios".
Y comprendí nada más dejar la responsabilidad humana, que todo "es para que se manifieste la gloria de Dios" una vez más.
A continuación me detuve y paladeé el significado de "oportunidad": la puerta abierta, frente al puerto.
Y experimenté el profundo consuelo semejante al que sentiría quien después de horas palpando un muro separador de la libertad, encuentra la puerta por donde franquearlo.
Y me embargó una reconfortante paz como los marineros en medio de amenazadora galerna al encontrarse frente al puerto que los abrigará.
Y completó la certeza de solución, las palabras de Pablo acerca del "kairós" o tiempo de Dios:
"En el momento oportuno te escuché; en el día de salvación te ayudé. Y éste es el momento; éste el día de salvación" (2 Corintios 6:2)
Relatos de situaciones imposibles de revertir según los diagnósticos médicos o financieros. Supuestas y variadas desarmonías con evidentes pretensiones de angustiosa realidad.
Y recordé: "La necesidad extrema del hombre es la oportunidad de Dios".
Y comprendí nada más dejar la responsabilidad humana, que todo "es para que se manifieste la gloria de Dios" una vez más.
A continuación me detuve y paladeé el significado de "oportunidad": la puerta abierta, frente al puerto.
Y experimenté el profundo consuelo semejante al que sentiría quien después de horas palpando un muro separador de la libertad, encuentra la puerta por donde franquearlo.
Y me embargó una reconfortante paz como los marineros en medio de amenazadora galerna al encontrarse frente al puerto que los abrigará.
Y completó la certeza de solución, las palabras de Pablo acerca del "kairós" o tiempo de Dios:
"En el momento oportuno te escuché; en el día de salvación te ayudé. Y éste es el momento; éste el día de salvación" (2 Corintios 6:2)
¡TALITA KUMI!
Para muchos observadores la
humanidad está postrada y agonizante en su conjunto.
Incluso a diario, nuestros sentidos físicos registran individuos en extrema y varia necesidad.
Los remedios ofrecidos por los gobiernos, las teorías científicas, las filosofías y religiones no consiguen levantar al caído o al que ya está al borde del desfallecimiento.
Tan desalentador cuadro suscita en mí el recuerdo de otro.
Jairo, un padre acude a Jesús, agobiado por la trágica situación de su hijita. Se impone la urgencia y se ponen en camino a través de las estrechas callejas de Cafarnaúm. Pero algo les detiene. Aprovechando los apretones de la aglomeración una mujer movida por la fe se ha atrevido a rozar con su mano al joven maestro nazareno. Jairo está impaciente. Pero Jesús quiere saber quien le ha tocado. Aclarado el suceso, llega la noticia temida. La niña ha muerto. ¿Para qué ir? Pero el hombre cuya voluntad, conciencia y todo, es el Cristo, no percibe ningún cambio. Por lo que la gente se burlará del “sabio profeta”.
Para Jesús, pese a que toda una secuencia de noticias, declaraciones humanas y acontecimientos se sucedan, sólo hay una realidad permanente e inmutable: la creación del Padre que se mantiene buena, reflejando por entero la perfección divina, la plenitud, la armonía y la vida. Y por eso hace despedir a los que velan la muerte y se burlan de la verdad espiritual y única.
Incluso a diario, nuestros sentidos físicos registran individuos en extrema y varia necesidad.
Los remedios ofrecidos por los gobiernos, las teorías científicas, las filosofías y religiones no consiguen levantar al caído o al que ya está al borde del desfallecimiento.
Tan desalentador cuadro suscita en mí el recuerdo de otro.
Jairo, un padre acude a Jesús, agobiado por la trágica situación de su hijita. Se impone la urgencia y se ponen en camino a través de las estrechas callejas de Cafarnaúm. Pero algo les detiene. Aprovechando los apretones de la aglomeración una mujer movida por la fe se ha atrevido a rozar con su mano al joven maestro nazareno. Jairo está impaciente. Pero Jesús quiere saber quien le ha tocado. Aclarado el suceso, llega la noticia temida. La niña ha muerto. ¿Para qué ir? Pero el hombre cuya voluntad, conciencia y todo, es el Cristo, no percibe ningún cambio. Por lo que la gente se burlará del “sabio profeta”.
Para Jesús, pese a que toda una secuencia de noticias, declaraciones humanas y acontecimientos se sucedan, sólo hay una realidad permanente e inmutable: la creación del Padre que se mantiene buena, reflejando por entero la perfección divina, la plenitud, la armonía y la vida. Y por eso hace despedir a los que velan la muerte y se burlan de la verdad espiritual y única.
Y para nosotros no hay “suspense” en
la historia. Sabemos el final. La respuesta al "Talitha Kumi" es la manifestación
de la vida, antes tapada por el sudario ilusorio de la creencia en la muerte.
En este relato hay mucho que empuja a reflexión.
1º Ante el cuadro tentador, Jairo acude a un hombre. Pero Jesús sabe que es al Padre a quien clama auxilio. Jesús actúa sin la presión de la responsabilidad. Todo está ya hecho bien por el Principio divino. Y esa perfección no tiene fecha de caducidad. Porque la realidad no está en el tiempo sino en la eternidad.
2º El maestro acude a corregir el error sin nerviosos apresuramientos nacidos del temor a otras fuerzas opuestas al Bien único y todopoderoso.
3º La curación, manifestación de lo bueno y disolución de las ilusiones no es limitada. Se da simultáneamente. Cuando el Sol se alza sobre la tierra no ilumina trozo a trozo, sino que todo lo expuesto a la luz recobra los colores y brillantez que la oscuridad ocultó pero nunca pudo destruir.
4º La mujer curada en el camino es una hemorroísa, una mujer considerada impura y que contamina todo lo que roce y a quien toque. Pero cuando se está anclado en el Cristo, sólo es el Bien lo que se transmite o contagia.
En este relato hay mucho que empuja a reflexión.
1º Ante el cuadro tentador, Jairo acude a un hombre. Pero Jesús sabe que es al Padre a quien clama auxilio. Jesús actúa sin la presión de la responsabilidad. Todo está ya hecho bien por el Principio divino. Y esa perfección no tiene fecha de caducidad. Porque la realidad no está en el tiempo sino en la eternidad.
2º El maestro acude a corregir el error sin nerviosos apresuramientos nacidos del temor a otras fuerzas opuestas al Bien único y todopoderoso.
3º La curación, manifestación de lo bueno y disolución de las ilusiones no es limitada. Se da simultáneamente. Cuando el Sol se alza sobre la tierra no ilumina trozo a trozo, sino que todo lo expuesto a la luz recobra los colores y brillantez que la oscuridad ocultó pero nunca pudo destruir.
4º La mujer curada en el camino es una hemorroísa, una mujer considerada impura y que contamina todo lo que roce y a quien toque. Pero cuando se está anclado en el Cristo, sólo es el Bien lo que se transmite o contagia.
5º Para que la vida surja con alegre
claridad hay que despejar el escenario de todo lo que lo oscurece. Las
plañideras y los aferrados al error han de ser despedidos.
6º Sólo pueden permanecer los que portan al Cristo con la radicalidad del practicista Jesús o los que como los padres conservan un amor confiado que desea que la Verdad sea Verdad.
La aceptación del Cristo a la manera de Jesús es lo que impide que la mentalidad del mundo (mente mortal) nos aprese con la sugestión mentirosa que nos hace ver real lo que sólo puede ser irrealidad.
Para poder sanar a mi entorno me invito a yacer en la cama de la niña y estar a la escucha del Cristo que siempre viene a mí diciendo: “Hombre, a ti te hablo, levántate”.
Porque vivir o volver a la vida no depende de voluntad propia. Es la obediencia al mandato de vivir levantado, elevado.
Es decir, con mentalidad espiritual, manifestada en pensamientos espirituales y no materiales.
6º Sólo pueden permanecer los que portan al Cristo con la radicalidad del practicista Jesús o los que como los padres conservan un amor confiado que desea que la Verdad sea Verdad.
La aceptación del Cristo a la manera de Jesús es lo que impide que la mentalidad del mundo (mente mortal) nos aprese con la sugestión mentirosa que nos hace ver real lo que sólo puede ser irrealidad.
Para poder sanar a mi entorno me invito a yacer en la cama de la niña y estar a la escucha del Cristo que siempre viene a mí diciendo: “Hombre, a ti te hablo, levántate”.
Porque vivir o volver a la vida no depende de voluntad propia. Es la obediencia al mandato de vivir levantado, elevado.
Es decir, con mentalidad espiritual, manifestada en pensamientos espirituales y no materiales.
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