A
poco de llegar a casa me saludó tu temerosa inquietud. “Los síntomas
persisten. En este tiempo incluso han crecido. Tengo muchas preguntas”.
Y yo recordé que no existen preguntas sino una sola respuesta: el
Amor.
Una declaración nunca suficiente escuchada. Cuando sea aceptada en su
plenitud, la mente mortal se retirará como las sombras en la madrugada,
jirón a jirón, y reinará el día del Señor. Y será la alegría y el gozo.Y te dije: “No confundas. Esos signos que te paralizan de pánico no
indican fatales deterioros. Sólo son recordatorios de lo que no has
aceptado. Nunca te sentiste amada, Ni de tus padres, tus hijos, tu
pareja, Dios… ni de ti misma”. Por eso continúan..., para recordar.
Todo lo que existe manifiesta el Amor infinito y universal. Sólo hay un
día luminoso. Pero el miedo -lo opuesto al Amor-, viste a la creación de
negro disfraz. ¡Desenmascara todo lo que perciban tus sentidos! Aquí tratamos con
“negativos” que hemos de revelar. Todo lo que nos llega son las bellas
imágenes “DEL QUE NOS AMA”. Lo que hemos de tratar en el retiro de
nuestro “laboratorio”. ..
¡Laboratorio! ¡Qué profunda palabra monacal! “Ora et labora”
“Escucha y actúa”.
Aquí, como en la realidad infinita, nada es negativo con el significado
de "malo". Aquí, todo es un negativo que encierra la belleza, la
luz, la perfección. Como la semilla contiene el roble o la encina que
será un día.
Y en la escucha recogida del “labor – oratorio” amanecerá el día de la
alegría y el gozo.
Para tantas preguntas que surgen en la noche, sólo hay una respuesta en
la mañana: “Tú (todos) eres mi hijo/a queridísimo/a”. Cuando la recibas,
estallarán estrellas multicolores.
Y como en la eternidad se hizo la luz, se hará la fiesta para todos en
la acogedora Casa del Padre.
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