Declarar la Verdad ayuda.
Pero
poco.
Lo que en definitiva hace comprender o creer es probar lo
afirmado.
Esa fue la pedagogía del
Maestro. Su ayuda a los que suplicaban un aumento de fe.
Lo que sana, despierta,
ilumina o hace consciente de la única realidad, es la confianza radical
en la Verdad del Ser.
Es decir, no dudar de la
existencia de ese solo Poder Benéfico, que de forma común recibe el nombre
de Dios,
Mientras persistan las
vacilaciones respecto a que el Espíritu es Todo-en-todo, y nada más hay
fuera de Él, el problema continuará con sus derivadas de dolores,
angustias y carencias.
Muchos de los que acuden a la
Ciencia Cristiana son muy cuidadosos en no usar medicamentos u otros
recursos "humanos", pero sienten retrasada la solución a su
desarmonía. Se extrañan y preguntan por la causa de la demora.
“Sólo me apoyo en la Ciencia
Cristiana. Pero la curación no llega. Algo no funciona”.
Se puede renunciar a toda
ayuda material, y mantener a la vez en nuestro pensamiento la
contradictoria dualidad de dos poderes: el Bien y el mal.
Ese es el obstáculo: Mantener
la fe en la materia, aunque se compagine con el Espíritu.
Mientras consideremos real la
enfermedad o la limitación, la confianza absoluta en la
Verdad del Ser es imposible. Y eso es lo que nos devuelve al Paraíso.
Por eso la declaración
científica del ser comienza con una rotunda y exhaustiva negación de lo
material. (Ciencia y Salud 468:10) Retirar el crédito al testimonio de los sentidos físicos
es condición indispensable para aceptar la roca que sostiene nuestra
seguridad.
Y ¿qué puede ayudar para
renunciar a esa cotidiana evidencia material y aceptar la Verdad no
percibida sensorialmente al ser Ella espiritual?
Jesús nos señala el camino con
su respuesta a los enviados del Bautista: “Los ciegos ven, los cojos
andan…” (Mateo 11:4, 5 y 6.)
La comprensión se constata
cuando confiamos plenamente y sin fisuras en la Verdad. La ayuda, por
tanto, no se basa en palabras, sino en el mostrar los frutos de
la propia y radical aceptación de la Totalidad del Bien. (Ciencia y Salud 366:33 “Si quisiéramos sanar por el Espíritu…)
Porque una curación metafísica
nunca queda restringida a sí misma, sino que produce otras muchas.
De ahí que el estudiante de la
Ciencia Cristiana debe ser de un solo ojo (Mateo 6:22). No ver más que a Dios, el
Bien, la autentica Verdad. Y no ir de esa visión luminosa a perderse en
las oscuridades que produce el miedo o la no consciencia de la infinita,
amorosa y exclusiva Presencia.
En este punto viene a la
memoria el dicho del Maestro Eckhart:
"El
ojo con el cual veo a Dios, es el mismo ojo con el cual me ve Dios a mí.
Mi ojo y el ojo de Dios son un solo ojo, una sola visión, un solo
conocer, un solo amor".(Maestro Eckhart. Sermón XII.)
Porque es ver con la única
Mente lo que nos hace sentir la feliz y eterna realidad.
0 comentarios:
Publicar un comentario