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lunes, 10 de julio de 2017

EL MANDAMIENTO MÁS REPETIDO


Los mandamientos divinos siempre son el mismo. Porque en Dios todo es uno y nunca lo diverso. Pero la guía de Dios se escucha en formas distintas y nuevas según las diferentes circunstancias que el hombre cree percibir en su peregrinar.
El mandamiento más repetido  a través de la Biblia es el "No temas". Obedecer este mandato nos hace subir el primer escalón al "cielo".
Se podría decir que la voz de Dios se adapta al universo de creencias en que nos parece vivir. Enfermedad, pleitos, soledad, conflictos, ruinas, futuros inciertos, amenazas de embargo, edad, debilidad, dependencias, celos, rencores, incapacidad...
Por eso, los salmos, los profetas, el Maestro... todo el Antiguo y el Nuevo Testamento repiten una y otra vez el mandamiento: "¡No temas!".
No tengas miedo ni al hoy ni al mañana.
No temas a la creencia de enfermedad. Aunque los síntomas griten desde los sentidos.
No temas por ti ni por los tuyos.
No temas a la justicia de los hombres.
No temas "el estar solo".
No temas los diagnósticos humanos.
No te asuste el sueño de demencia.
Ni la falta de medios o poder.
No temas al peso de los años, a la fatiga o el "ya no poder".
No temas "el no entender" o la poca fe.
No temas a nada ni nunca... "porque yo el Señor  estoy siempre contigo"(1).
Con razón y autoridad, Mary Baker Eddy, escribe "Comenzad siempre vuestro tratamiento apaciguando el temor de los pacientes"(2). Y luego añade "Si lográis eliminar el temor por completo, vuestro paciente quedará sano"(3).
A veces, la carga de problemas resulta paralizante. No somos capaces de "escuchar". "Es que no puedo ni orar", oigo con frecuencia.
Es el momento de aferrarse con fe ciega al "mandamiento repetido". Aunque nada se vea de bueno, y la comprensión parezca cerrada a toda inspiración arrojemos "locamente" nuestra impotencia en los brazos amorosos del "no temas". Y en la tierra humilde y fértil de la obediencia florecerá la bella flor de la confiada paz.
"Entonces andarás por tu camino confiadamente y tu pie no tropezará. Cuando te acuestes, no tendrás temor, sino que te acostarás y tu sueño será grato. No tendrás temor al peligro repentino... porque el Señor será tu confianza y
Él evitará que tu pie quede preso"
(4).

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(1)  Isaías 41:10; (2) Ciencia y Salud 411:31;  (3) Ciencia y Salud 411:36; (4) Proverbios 3:23-26.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Que bueno! Justo lo que necesitaba!!!Gracias.