Subscribe:

sábado, 11 de marzo de 2017

NO HAY QUE CREAR EL BIEN. ¡YA ES!

  
Me dijiste: “Oro y no consigo resultados”. Y a continuación preguntaste “¿Qué estoy haciendo mal?
Ese interrogante está admitiendo que hay alguien además de Dios, ya que Él nunca puede hacer mal.
La pregunta da por supuesto que con el Bien puede coexistir, aunque sea en algún “mítico” lugar, alguna clase de mal.
Y con esa creencia sólo es posible situarse en la tierra de error.
Pero sólo hay UNO haciendo eternamente el Bien.
Sólo UNO  siendo el Bien.
Y desde aquella posición equivocada de creer que haya alguien “haciendo” por su cuenta (y que hace mal, y que incluso soy “yo”), es imposible ver lo que ahora es: El Todo perfecto, manifestando a Dios perfecto
Ciego para lo anterior es lógico que no detecte resultados. Porque miro desde ese sitio erróneo llamado NADA.
Sin embargo Todo continua siendo armonioso, bueno, infinito y eterno.
En eso me tengo que alegrar. A eso me he de aferrar.
Porque no hay que descender a la oscuridad para examinar resultados.
Todo está Bien desde el Principio y nunca cambió, porque el Ser es inmutable.
Orar es admitir sólo la Verdad incontaminada.     
La afirmación del Cristo es “Así en la tierra como en el cielo”. Y no al revés. Y el Cielo es sinónimo de Perfección Eterna.
Afortunadamente “yo” nada he de conseguir.
Sólo conocer  lo que el YO SOY es y  refleja en todas las individualidades que componen su infinita manifestación.
Somos imágenes de Dios, no creadores independientes.
Nuestro más importante esfuerzo es aceptar esta saludable y perenne condición.
Ninguna “imperfecta” condición hay que cambiar. A ninguna hay que creer. Ni darle carta de identidad o existencia.
Nada bueno hay que alcanzar.
Todo ya está hecho. Y en el reconocimiento (gratitud) de esa gloria, descansar y gozarnos siempre.