Subscribe:

viernes, 10 de marzo de 2017

¡YO...! ¡YO SOLA!


Viajábamos de Rosario a Bariloche. En los asientos de delante, una madre con su hijita.
Al mediodía nos sirvieron milanesa y puré de papas. Pronto oí el grito repetido del bebé:¡Yo!, ¡yo sola! ¡Yo!, ¡yo sola!
Y al rato, el puré se convirtió en omnipresente. En el techo del autobús, en el rostro de la mamá…
La ocurrencia de la pequeña me encendió una lucecita.
No sólo a los niños. Sino también  a los adultos nos ocurre siempre igual.
Cuando pretendo actuar en solitario: Ni aprovecho lo que se me ha dado y encima estropeo todo lo que está a mi alcance.
Si  hubiera permitido que la alimentaran, o su mano se hubiera dejado llevar con docilidad por la de su madre, todo hubiera sido distinto.
Pero, ¿es diferente mi actitud?  
¿Qué causó el desastre? Subrayar el "yo".
Y ¿cuál fue su consecuencia? Ignorar a los demás. “Yo, yo sola”.
 Siempre que el "yo" sobresale y ocupa la escena, expulsa a los otros. Y sobre todo al Otro del que son reflejos.
Hay que actuar sobre ese yo siempre protagonista, si se quiere progreso sin “daños colaterales”.
La Sra. Eddy habla de inmolar el yo como el medio de lograr todo lo bueno (1).
Ese “sacrificar el yo” me pareció como un suicidio, algo antinatural. Pero hoy comprendo que es el “yo” lo que estropea todo lo que toca y no sólo con “puré”.
No obstante el remedio se nos presenta “dramático”. Porque no se profundizan las palabras, es decir, en los pensamientos que ellas manifiestan.
¿Qué significa “sacrificar”? Nada que se relacione con muerte o sangre. Ni con renuncia de la felicidad siempre deseada y buscada.
La correcta traducción es “hacer o convertir algo en sagrado”.
Es trascender la apariencia y ver que el "yo" es siempre la manifestación del YO. Como un rayo de luz refleja el Sol y su existencia sólo es posible si se mantiene unido al astro fuente.
Inmolar el “yo”, clave para la eficacia de la oración, la alerta y cualquier benéfica actividad, es relacionarlo con el YO.
Ese que la mayúscula entroniza es nuestra verdadera Vida.
Sacrificar el yo es lo que hace que nunca podamos sentir o decir “Yo solo”.
Ya que siempre estamos unidos al YO SOY EL QUE SOY. De forma indisoluble y compartiendo todo lo que Él es.    
------------------------------------- 

 (1) Ciencia y Salud 1:5-9 La oración, la vigilancia y el trabajo, combinados con la inmolación de sí mismo, son los medios misericordiosos de Dios para lograr todo lo que se ha hecho con éxito para la cristianización y la salud del género humano.”

0 comentarios: