Que nadie se engañe.
Sólo hay un modo de despertar a la armoniosa realidad.
Y es el colocar por encima de todo el deseo de conocer a Dios .
Sentir otras ansias es frustrante demora.
Tener algo o alguien como objetivo más cercano, es arruinar todo el esfuerzo espiritual.
O al menos retrasar su éxito.
Buscar el Reino de Dios es lo urgente.
Y encontrarlo, la puerta que posibilita todos los demás bienes.
Pero siempre como añadiduras.
Por eso revisemos nuestras metas.
Para llegar a todas hay que dejarse alcanzar por Dios.
Él es el camino más corto para experimentar la plenitud.
viernes, 16 de junio de 2017
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