Alguien que al abrir su Biblia en busca de guía se encuentra con el siguiente texto del capítulo 10 de Daniel me pregunta acerca de su significado:
" 19... y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi Señor, porque me has fortalecido. 20Él me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá. 21Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe".
Y lo primero que encuentro es un consolador mensaje que aficiona a escuchar al que nos llama “muy amado”, posibilitando así la disolución del miedo.
Atender a Sus palabras es reponer la fuerza.
En el 20 declara que cuando creemos ser atacados, es a Dios a Quien se ataca.
Ya que nosotros solo somos sus imágenes y de forma permanente.
Nada más podemos ser.
Y el 21 concluye que por eso la ayuda que asegura la victoria y que nunca nos faltará es la de Miguel (los divinos pensamientos) el ángel siempre batallador y victorioso.
Después de examinar el pasaje, encuentro que este mensaje también es para cada uno de nosotros en el día de hoy.
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