En el “mundo” crecen los conflictos.
De todo tipo.
Entre países, políticos, patronos y empleados, religiones, mayores y
jóvenes, hermanos y familiares, e incluso en el seno de las iglesias y
de la
pareja.
Todo conflicto atenta contra la percepción y disfrute de la felicidad.
Oscurece la realidad y obstaculiza la experiencia de Dios, el Uno y
Todo.
Hay que solucionar los enfrentamientos si pretendemos conocer a Dios
que es la esencia del vivir. (1)
Por eso, me inspira el relato de Génesis 26:17-30.
La gente de Isaac riñen una y otra vez con los pastores de Gerar. La paz
parece imposible.
Hasta que el patriarca se aparta del lugar e invoca a Dios. Entonces
todo cambia. La persecución y la violencia se acaban.
Incluso sus adversarios le buscan para sellar amistad y disolver el
conflicto como inmediata consecuencia.
Isaac pregunta sorprendido que les ha hecho cesar en sus pendencias.
Y la respuesta es ésta:”Hemos
visto que el Señor está contigo.”
(2)
Pero siempre
lo estuvo y lo estará. ¿Por qué ahora lo descubren Abimelec, Ahuzat y
Ficol?
Por algo muy
simple.
Porque Isaac
ahora ha sido consciente de la presencia continua de Dios.
(3)
Para eso hay que apartarse y volverse a
Dios, buscarle. Y si hemos dado la espalda a todo lo que no es Él,
siempre se le encuentra.
Y ser conscientes de su Presencia, junto a mí, activo, con todo su poder
y amor, saca del terreno conflictivo. Porque en Él sólo hay bien y
unidad.
Aquí está la clave que soluciona cualquier desarmonía. Es la palanca que
levanta el obstáculo y nos franquea el gozo del cielo.
Pero, ¿cómo despertar a esa perpetua y divina compañía?
Mary Baker Eddy explicitará lo que supone esa consciencia.
“Estar ‘presentes con el Señor’ es tener, no meramente fe o éxtasis
emotivos, sino la efectiva demostración y comprensión de la Vida, tal
como se revela en la Ciencia Cristiana. Estar "con el Señor" significa
obedecer la ley de Dios, estar gobernados absolutamente por el Amor
divino ---por el Espíritu, no por la materia.
(4)
Y estar regidos por el Espíritu, es conocer todo como Él lo conoce.
Es ver el universo, incluido uno mismo, siempre perfecto y en paz.
(1) Juan 17:3. (2) Génesis 26:28. (3)
Génesis 26:24. (4) Ciencia y Salud 14:6-11.
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