EXORCIZANDO LA VEJEZ

En este mundo por el que transita nuestra existencia, los mayores serán más y más, cada día. 
Y evito decir viejo.
Porque esa condición se relaciona con achaques, decadencia... con suma de limitaciones.
Hoy mismo he leído que la vejez es el resultado de acumular problemas sin resolver.
Ha sido como un fogonazo de luz.
Y ahora me explico por qué hay jóvenes que enfrentan la existencia como si fueran ancianos. 
Y también la razón por la que mi padre a sus 98 estuviera siempre activo y claro.
Mantenerse con la identidad intacta nada tiene que ver con los calendarios.
Sino con el arrastrar cuestiones no afrontadas.
Convertidas en acostumbradas, pese a su dolor.
O cargadas anestesiadas, pero pesadas hasta la extenuación.
Se dan muchas recetas para eludir la vejez.
Pero la infalible es hacer con los problemas que nos acosan en este plano, lo que hay que hacer. 
Eso es: solucionarlos.
Antes que yo mismo me convierta en el problema.
Para mí y para los otros.
Se trata de no admitir la realidad de los problemas o resolverlos cuando todavía están fresquitos. 
Liberarme siempre. 
Y recordemos:  "La Verdad hace libres".