Dios no es una máquina expendedora de refrescos.
A la que se introduce unas monedas y se obtiene a cambio, la recompensa de una bebida.
Pero cuya relación sólo se establece cuando se tiene sed.
Y es tan efímera como los segundos que median entre satisfacer el precio y retirar la lata.
Quizás alguno considere exagerada la comparación.
Pero en mi experiencia he comprobado que interesa más los bienes de Dios que el Dios de los bienes.
Y así me he descubierto en más de una ocasión.
Hemos de caer en la cuenta que como dice la canción de los Beatles: "All you need is love"
"Todo lo que se necesita es amor".
Pero no cualquiera.
Sino el Amor.
Y Él es el Amor. Es lo que buscamos. Lo Único que colma cualquier creencia de vacío.
Es el agua que elimina la sed para siempre.
Y no pararemos de buscar...
Y nadie quedará satisfecho...
Hasta que quedemos quietos en Su abrazo.
Hasta que sintamos que no es Alguien que da, sino que Él es el "don".
Y hasta que se nos abran los ojos y consideremos a Sus imágenes lo mismo que a Él.
viernes, 14 de abril de 2017
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