“Si quieres llenar tu taza de bebida caliente, antes
debes vaciarla del té que se enfrió”.
Y a este conocido dicho oriental le podríamos añadir
otro de andar por casa. “Una caja estará completamente llena cuando en
ella no quepa ni un alfiler”.
Aunque sean pensamientos distantes en el espacio,
ambos gozan de evidente lógica.
El mal que el hombre cree experimentar no es algo
real. Sino sólo un pensamiento.
Pero eso no le ahorra el sufrimiento mientras no haya
sido eliminado de la conciencia donde todo cobra “vida”.
Con negar la existencia de la desarmonía, no aparece
el bienestar.
Ni negando la oscuridad iluminamos la estancia.
Pero es bueno saber que el mal, como la oscuridad o el
frío es simple ausencia de “algo”.
Las tinieblas señalan falta de claridad. Y el frío
indica carencia de calor.
Todo el mal es inconsciencia del bien. No darme
cuenta de Su Única Presencia.
Cuando alguien solicita mi ayuda apenas me entretengo
en lo que me cuenta. Agradezco la nueva ocasión que se me ofrece. La
oportunidad de atender sólo y exclusivamente al Todo que existe.
Volverme a la Realidad. Abrirme al Amor expresándose
instante a instante. Contemplar la luz. Darle la espalda al frío, a la
oscuridad, a la mentira, al error.
Si sólo sé que “Todo es Mente infinita y su
manifestación infinita…”( Ciencia y Salud 468:11) ninguna otra cosa ocupará mi atención.
Si estoy lleno de la única totalidad “porque Dios
es Todo-en-todo”(Ciencia y Salud 468:12) nada más podrá entrar en la conciencia. Sólo sentiré el
Bien.
Estad conscientes por un solo momento de que la Vida y
la inteligencia son puramente espirituales —que no están en la materia ni
proceden de ella— y el cuerpo no proferirá entonces ninguna queja. (Ciencia y Salud 14:12)
El profeta Isaías clamará en nombre de Dios: “Mirad
a mí todos y sed salvos porque yo soy Dios y no hay nada más". (Isaías 45:22) Si
nuestra conciencia está toda llena del Bien, no cabrá ni un átomo de mal.
Más que entretenernos con pensamientos de curación, de
problemas que solucionar, necesidades que colmar, orientación o guía que
recibir, hay una opción más práctica:
Pensar sólo en Dios, Él es nuestro todo, y ya es el
Bien para siempre.
Y aquí corregimos el dicho con el que abrimos nuestra
reflexión. No es preciso vaciar la taza primero, ya que sólo estaba llena
de ilusión, de nada. Y sólo el Bien es capaz de colmar con auténtica sustancia.
Ya que “El Espíritu, sinónimo de la Mente, el Alma o Dios, es la única
sustancia verdadera.” (Ciencia y Salud 468:23-24)
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