LA FINALIDAD DE LA ORACIÓN

Ayer me preguntaste ¿cómo orar?
Estabas dispuesto a todo para para resolver "tus problemas".
Querías aprender.
Pero la oración es más que un método para mejorar la salud, armonizar las relaciones, conseguir un empleo o sanear la economía particular.
Ni siquiera es para obtener una elevación espiritual.
La oración nunca será un pedir, desde la falsa creencia de que algo se necesita.
Eso sería reconocer equivocados que fuimos pensados incompletos.
Su finalidad no es tanto poner en práctica lo escuchado, como una cita donde conocer al que escuchamos.
Y así darnos cuenta que lo hablado ni es para corregir un hacer. 
Ni para enderezar lo torcido ni mucho menos llenar un inexistente vacío.
Porque orar no es escuchar censuras ni mandamientos.
Es recrearnos en la declaración que con letras distintas ajustadas siempre a nuestro cambiante ánimo, nos hace, en cada silencioso ahora, el Amor.
Orando así no sólo tendremos el Todo, sino que seremos Uno con Él.