Me
dices desilusionado y desesperado que sigues igual, sometido a las imposiciones
del mundo material.
Y ante
las persistentes apariencias que proyecta ese y tantos otros caos, me pregunto.
¿Por
donde continuar?
Un
razonamiento desde el sueño aclara bien poco.
Aunque
pueda incluso formular una correcta teorÍa.
Pero
nada hace para que se experimente.
Por
eso hay que situarse radicalmente en la única Realidad.
Hacer
un riguroso silencio de todo lo que no es Dios.
Aunque
me apremie el miedo, la preocupación, el remordimiento, las urgencias, los
diagnósticos imposibles, o las imágenes envolventes de hecatombes.
Limpiar
la pantalla de la conciencia para que sólo sean las ideas del Espíritu.
Permanecer
aferrado al Alma y a la Vida en plena confianza al imperio exclusivo del
Principio.
Hasta
sentir en este plano el Amor que restaura el Todo y donde siempre hemos estado
todos.
Y compruebe una vez más que la respuesta se escucha en el silencio.
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