El camino espiritual es un aparente ir
desde el tercer capítulo del Génesis al primero del mismo libro. Desde donde se relata un sueño de tentación, caída, miedo y huida de Dios, acusaciones y carencias, hasta el instante eterno donde el Pensamiento-Palabra se convierte en luz y disuelve el Caos, manifestándose el Bien.
Y aunque parezca ir
hacia atrás es un verdadero ir adelante no sólo en el tiempo (el cuentecito de Adán, Eva y la Serpiente habladora se redacta
en tiempos de Salomón (900 antes de Cristo) y el relato de la perfecta Creación o Manifestación se escribe al regreso de Babilonia 300 años después ). Sino es un trasladarse de la falsa, mítica y onírica dualidad a la auténtica y absoluta unidad.
Más que peregrinar es un regreso.
Y el avance se produce cada vez que tomamos conciencia de que es ahí donde en realidad estamos establecidos.
Nunca, ni por un momento, hemos dejado la Casa del Padre.
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