Fueron años de preciosa
felicidad matrimonial.
Ahora, él había
“pasado” de forma súbita, inesperada.
Ante los sentidos un
cuerpo desplomado, como una ropa desechada.
La esposa, transida de
paz, suspira: “Papa, ya no está ahí”.
Y dos palabras más se
añaden, esclarecedoras: “¡Nunca estuvo!”
Agradecí el relato como un
regalo.
Fue una iluminadora
confidencia. Una ventana abierta a una mayor comprensión.
Ni el padre, ni la esposa,
ni el hijo, ni yo ni nadie, estamos “aquí”. En este escenario con
límites. Donde ni el tiempo, el espacio, la felicidad, la abundancia… son
incontables.
Es muy saludable saber que
NUNCA estamos en la materia. En lo escaso, lo feo, doloroso, desierto, ruinoso…
Entonces, ¿dónde? Parece
que nos sumimos en la confusión. Casi igual a la del despertar de un sueño
profundo. Por segundos no sabemos en qué lugar estamos.
Pero pronto, las sombras
de la noche se esfuman, con la conciencia de la “realidad”.
Si así no fuera,
caminaríamos como en el vacío, sin “memoria”, desconocidos de nosotros mismos.
(En realidad, esa es una
fiel descripción de muchas existencias)
Esa experiencia del volver
en sí, más de una vez percibida por todos, ayuda en la búsqueda de
nuestro auténtico sitio.
Nunca hemos estado en este
sueño que llamamos vida mortal. ¡Qué contradicción! (vida y muerte)
Entonces, ¿dónde estamos
ahora? Es importante saber qué terreno pisamos.
Pero, es útil, no
que busquemos, sino “re-conocer” (1) el lugar.
Ya nos estamos
moviendo en Dios, en la Vida, en la Armonía, en la Sustancia, en la Perfección,
en el Todo.
No hay que esperar o
merecer.
Tampoco de alcanzar nada.
Sino descubrir lo que Dios ya hizo. Así los bienes “imposibles” se convierten
en benéfica y cotidiana compañía. (2)
Esa es la Buena Noticia.
La que hemos de abrazar con fe gozosa y agradecida.
Porque sólo la
incredulidad nos confunde. Ella es la que oscurece el eterno e infinito
cielo.Donde siempre estamos, y nunca en otro sitio. Y si
"aquí" no estamos, tampoco tendremos "muerte".
(1) “reconocer” significa
“volver a conocer” y también “agradecer”. (2) Ciencia y Salud
260:15
0 comentarios:
Publicar un comentario