¡Nunca!
¡En absoluto!, si afirmar significa “añadir perfección”.
Nadie hay avanzando hacia ese
punto. Jamás lo hubo ni lo habrá.
Al respecto, la Sra. Eddy escribe: "La Ciencia Cristiana es absoluta; no está
detrás del punto de la perfección ni avanzando hacia él; está en ese punto y
desde él se debe practicar." (1)
Pero, entonces... ¿Dónde está “mi” comprensión, “mi” provisión, “mi” armonía...?
En la única Mente, que es la tuya y la mía. Y la reflejo cuando tengo esa
alegre y agradecida conciencia.
“En Dios me muevo, vivo y tengo mi ser” se podría traducir como “en
Dios tengo mi todo y Él es Todo”.
Porque de mí, como alguien separado de Él, como otro yo, nada tengo ni soy.
El que sufre, el ignorante, el necesitado... sólo es una ilusión a desenmascarar
junto a sus asfixiantes y limitadas condiciones de carencia y amenazas.
La dualidad es el gran escollo donde estrellamos el gozar la Verdad. Y hay que
evitarla si queremos vivir en la única realidad donde no hay progreso
sino ETERNA PLENITUD para disfrutar desde el ahora.
(1) La primera iglesia de Cristo, Científico y Miscelánea 242:5-7.
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