Felicidad
es sin duda alguna, la palabra más repetida en estas fechas.
Sustituye como saludo al “Buenos días” o “Buenas tardes”.
De
continuo la escuchamos, expresando el deseo de obtener lo mejor.
Algo que en su interior, muchos ven como inalcanzable o muy difícil.
Pero,
¿qué relación guarda todo esto con Colón?
Para mí, mucha.
El
navegante genovés no creó ni construyó América poco a poco. Sólo la
descubrió.
El
trabajo de Colón fue buscar lo que ya existía porque el llamado “Nuevo
Mundo” siempre estuvo ahí, velado sólo por la ignorancia y el miedo.
También todo aquello capaz de proporcionar auténtica felicidad ya
está.
La
armonía, la sabiduría, la salud, la concordia, la alegría, la paz, el
amor… la abundancia de Bien, es desde siempre.
Y
no al final de una larga singladura marina o de un galáctico viaje. Sino
como íntima condición de nuestro ser.
Sin embargo, desearlo es situarse en la astronómica lejanía de la
irrealidad. Allá, donde construir lo perfecto se convierte en fatigosa
imposibilidad.
Se
quiere
ser mejor y sólo se consigue una casi cotidiana depresión al hacer
balance de los esfuerzos.
Lo
único necesario es reconocer lo que ya ES desde el principio.
Dios perfecto, todo perfecto. Incluido yo mismo.
Experimentar la felicidad es reconocerla como la exclusiva atmósfera de
la realidad.
La
perfección parece resistirse en la fantasía que confundimos con la vida.
Nos culpabilizamos con el fracaso de los inútiles esfuerzos por
construir una santidad, cuya absoluta existencia ignoramos en la
práctica.
O
quizás nos engañamos al celebrar con soberbia disfrazada, un ilusorio
triunfo.
Pero sólo gozamos el eterno día lleno de bendiciones cuando
reconocemos que no depende de “nuestras” buenas obras, sino de la
Bondad Infinita.
Aquella que es nuestro inmutable apoyo.
Y
así, lo bueno que deseas tener, no sólo lo tienes, sino que lo eres por
invariable reflejo, aun antes de saberlo.
Nada tenemos que construir o conseguir.
Sino sólo caer en la cuenta que YA es TODO.
Como
Colón, sólo descubrir.
0 comentarios:
Publicar un comentario