Hoy, ciertos
retos nublaron mi mañana.
Hasta que
recurrí a la Gramática.
Sí. Ha leído
bien.
La Gramática también ayuda. Porque “todo aprovecha a los que aman a Dios”.
(1)
Me gustan los
verbos porque expresan vida, acción, creatividad… “Dios creó todas las cosas
por medio de Él (el Verbo) y nada fue creado sin Él. (2)
Y los verbos,
sean regulares o irregulares, tienen modos, tiempos y personas, que a veces me
sirven de útiles herramientas para apartar obstáculos.
Antes de seguir
me permito refrescar, aunque breve, lo que estudiamos de niños.
El modo indicativo
sirve para señalar lo que hay o es en cualquier fecha.
El subjuntivo
expresa un deseo. Y por tanto sirve para orar.
El imperativo
es cauce de la voluntad firme y decidida.
Y el condicional
nos habla de “supuestos”: “Si yo tuviera esto o aquello, me sentiría de tal
forma”.
¿Cómo procedo?
Cuando me
cubren las sombras uso el subjuntivo: Deseo experimentar la Verdad,
despertar a Su Semejanza.
A veces lo
conjugo añadiendo el modo imperativo: “No tentarás a la imagen del
Señor”, ¡Fuera de mí toda mentira o error!
Pero casi
siempre acabo desempolvando el condicional en formas varias, según las
circunstancias que intentan envolverme: enfermedad, carencia de provisión,
confusión…
Así me digo: “Si
estuviera sano experimentaría la armonía”.
“Si tuviera lo
que necesito desaparecería la preocupación o el miedo” “
Si comprendiera
la Verdad no andaría a oscuras”…
Y acto seguido
me sorprende felizmente el Indicativo.
Ya le borré los
tiempos pasados (los imperfectos, indefinidos, perfectos y pluscuamperfectos) y
los futuros, porque en la realidad todo es presente.
Entonces,
sustituyo y concluyo:
Pero ¡es que
siempre manifiesto salud y perfección! Luego ya estoy en el cielo.
Pero ¡es que
tengo todo lo necesario!(3) Luego me gozo en la paz.
Pero ¡es que mi
Mente, la única, ya conoce todo! Luego eternamente me muevo en la luz.
Y así, con la
Gramática, voy cambiando de modos hasta llegar a la alegría del modo que indica
el Presente eterno y perfecto.
(1) Romanos
8:28. (2) Juan 1:3. (3) Juan 17:10: Todo lo mío es tuyo y todo lo Tuyo es
mío”.
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