En cierta
ocasión acudí a escuchar la conferencia de una amiga.
Alguien
la presentó al comienzo. Fue una ordenada lectura de títulos académicos,
la exposición de su vasta experiencia en diversos campos y muy en
especial en el de la espiritualidad.
Durante
esa minuciosa introducción que llevó largos minutos, mi amiga descubrió
entre el público a un grupito de personas, conocidas suyas, que no
hablaban nuestro idioma. Entonces decidió, después de anunciarlo a los
asistentes, intercalar cada cierto tiempo, un resumen en
inglés de lo que fuera diciendo.
Y comenzó
con su presentación. “Me llamo Christiane. Tengo tres hijos, cinco
nietos y uno más que viene de camino”. ¡Esa era ella! Por encima de todo
aquel extenso curriculum vitae tan bien recitado. En 10 segundos la
conferenciante se había “introducido” en el auditorio. Todo lo otro era
verdad, pero no su cálida identidad.
Muchas
veces, como conferenciante o articulista, he pretendido hacer una
semblanza de
Dios. Es decir, “hacerle presente”. Pero hoy pienso que quizás he sido
como esos presentadores que se atreven a hablar de quien sólo conocen
superficialmente o apenas acaban de saludar.
De ahí
que me he prometido sustituir algunas de mis próximas reflexiones
semanales acerca de la Verdad por algo más genuino. Dejar que
sea Dios mismo el que se presente. Al menos lo intentaré "lo más posible".
Entresacaré de la Biblia y de otros escritos inspirados, como los de la
Mary Baker Eddy, lo que Dios dice acerca de sí mismo, de su acción,
pensamiento, deseos…
Que sea
Dios el que nos hable como lo está haciendo siempre.
Y quizás
Él diría:
Permitid que me presente.
Yo soy el creador total:
Padre-Madre de los artistas, inventores, músicos, poetas…
Cf.
Génesis
1:1
Me muevo allá donde parece
que todo es tiniebla y caos.
Cf. Génesis
1:2
Donde hay oscuridad
ilumino. Cf. Génesis 1:3
Discierno, y me quedo
siempre con lo bueno.
Cf. Génesis 1:4
Sólo veo bondad en mi
infinito universo. Cf. Génesis
1:10-31.
El efecto de mi
actividad es la Vida, sin término ni límite.
Cf. Génesis 1:12, 20, 21, 24.
Quien quiera verme
sólo tiene que contemplar con claridad al hombre que yo he hecho.
Génesis 1:27 y 31; Juan 14:9.
Me complazco en la
abundancia y la armonía.
Cf. Génesis 1:28.
Cuido que cada
criatura tenga su alimento apropiado.
Cf. Génesis 1:29 y 30. Lucas
12:22-31
Ahora mi actividad se
manifiesta en el descanso.
Es fluida, no
encuentra obstáculo. Cf.
Génesis 2:1
Porque no amo la
soledad he puesto los medios para que el hombre no sea un solitario.
Cf. Génesis 2:18.
Estar en el bien es
estar en mí. Mi reino sólo admite lo bueno. La mezcla de los opuestos
está fuera de mi reino. No coexisto con el más mínimo mal. Porque éste y
el Bien no se pueden unir. La confusión es muerte
Cf. Génesis 2, 16 y 17; Mateo 6:24;
Apocalipsis 3:16Y así seguir escuchando a Él y no a las presentaciones de los que quizás nunca lo experimentaron.
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