Subscribe:

miércoles, 31 de mayo de 2017

ESE NO SOY YO


Ese que se siente culpable, enfermo, limitado, rodeado de males, no soy “yo”.
Por mucho que el “okupa” que habita mi conciencia, argumente que esa es mi auténtica identidad.
Y confieso que lo consiguió durante mucho tiempo (Sólo  puede vencer en ese falso recorte de la eternidad, en que creemos se desenvuelve nuestra vida).
La mentira de tanto repetirse reclama ser verdad. Y muchos cediendo a sus pretensiones padecemos una especie de esquizofrenia espiritual. “No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago”.(Romanos 7: 19)
Pero, ¡hasta aquí hemos llegado!
Me rebelo y grito: ¡Ese no soy yo!
El movimiento okupa atenta los terrenos o edificios que permanecen vacíos. Son como los cangrejos ermitaños. Nunca entran en un caparazón habitado.
Y eso me recuerda el relato que se encuentra en Mateo y en Lucas (Mt 12:43-45 y Lc 11:24-26). La parábola del espíritu inmundo que regresa a su casa, propiedad del hombre.
Pero éste no aprovechó su ausencia para establecer allí la conciencia del Espíritu. Así que el tentador se asienta de nuevo invitando a siete compañeros más.
Por tanto, no basta con denunciar: ¡Ese no soy yo! Tengo que empaparme de la divina Presencia que como potente escudo impide los allanamientos perpetrados por el error.
Menos mal que todo es un mal sueño que se evapora con volvernos a sólo Dios, el único realmente existente.
Porque no hay otro. Yo mismo sólo existo en cuanto su imagen, y no como revestido con la personalidad del loco y falso "okupa" “que no soy yo”.                                
 Únicamente aprendiendo acerca de Dios, descubriré quien soy



0 comentarios: