Anoche me vino a la memoria alguien que llegué a conocer.
Y para que el recuerdo me fuera completo visualicé al hombre con su inseparable tijera.
Y ante él, los periódicos, las revista, el papel de envolver...
Cuanto caía en sus manos quedaba reducido a diminutos pedacitos.
Inservible para cumplir con su finalidad.
Y me llegó un pensamiento.
También hay otra tijera con la que recortar imprudente la realidad infinita.
Aunque sólo sea en apariencia.
Y ¿cómo se llama ese peligroso instrumento?
Mi" o "mio" es su nombre.
Y cada vez que se aplica a Vida queda como "mi vida". Es decir, bien jibarizada.
Y si se sigue con Amor, Vista, Sustancia... la infinitud quedaría al fin recluida en el trastero de los abstractos sin uso.
Por eso Mary Baker Eddy al referirse a la Mente divina o Dios y escribir "El único Yo", añade de inmediato "o Nosotros" (Ciencia y Salud 591:17) para que ninguna tijera recorte el Yo en "yo" y nos abandone en la absurda y alocada nada del sueño.
viernes, 19 de mayo de 2017
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