El camino espiritual no consiste en construir un yo perfecto.
Que resultaría "alguien" insoportable.
Sino experimentar la Verdad-Realidad:
"Dios en "uno mismo" y en Todo".
El "yo" es creencia de separación.
Sentirse distinto a Dios y sin prestar atención a Su Palabra.
Sólo una escucha a la imaginaria serpiente, confundida con la egóica conciencia.
El "yo" sólo valora el árbol del conocimiento del bien y del mal.
Y así siempre que se acerque a lo deseable -atraído por lo bueno-, tendrá que confrontar el mal.
El camino espiritual es muy otro.
Es caminar en y con Dios.
Avanzando por donde solamente existe el Bien, sin frontera alguna que lo limite.
Sabiendo que toda iniciativa pertenece a Dios.
Y confiando que aquello que compondrá el hoy se irá desvelando momento a momento.
Como consecuencia, el día se percibe, aun en lontananza, pleno de "encuentros" con Él, en cada uno que se acerca en presencia o en pensamiento.
Pero si sólo veo "yoes", y no las maravillosas manifestaciones del Uno que nos rodean, imaginaré junto a ellas, males con que lidiar.
Así que, ¡por favor!, no se trata de perfeccionar al "okupa" con quien nos confundimos tantas veces, sino abandonarlo en la cuneta de la nada.
Nada hay que mejorar. Nunca.
Ya es el Nosotros perfecto en el Uno perfecto.
Y así teniendo en cuenta solo Dios, ignoramos sin esfuerzo el mal que no es.
sábado, 6 de mayo de 2017
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2 comentarios:
Muy interesante! Gracias José
Ciertamente el reconocimiento del Uno !!!!!
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