Son las palabras de Jesús a un padre
cuya hija acaba de fallecer.
La recomendación del Maestro.Ante algo tan evidente y de una claridad
hasta hiriente, suena como "fuera de lugar" ¿O
somos nosotros los que estamos "fuera"?
¡Creer!, ¿creer
en qué? ¿Qué es tener fe? Aferrarse a algo o a alguien como verdad.
“Cuando la
ilusión de enfermedad o pecado os tiente (os toque, os zarandee) aferraos
firmemente a Dios y a su idea”(Ciencia y Salud 495:17).
Pero, para tener
fe hay un requisito previo: “No temas”. ¿Cómo no temer hasta el desmayo, con un
hijo de cuerpo presente?
“El perfecto
Amor expulsa todo temor”(1 Juan 4:18). El perfecto es el de Dios. ¿cómo sentir esa
amorosa presencia? Se trata de volverse a Dios. Darle la espalda a toda aquella
sensación, visión, pensamientos, palabras… que nos intimidan. Hacer salir del
escenario a todo lo que no sea esa Presencia. Cerrar la entrada a todo lo que
no sea ese Amor.
Atrás la
oscuridad, delante la luz. Sólo así se puede creer. No hay otro camino
para descubrir lo real. Tras la mortaja de una muerte, fin de todo, siempre es
-siempre- sólo un sueño del que despertar a la Vida.
Pero el camino
es único: expulsar el negro temor con el Amor que ilumina. Orientarnos hacia el
amanecer, de espaldas a la noche cerrada.
En sus
“Reminiscencias” John Randall Dunn, registra una pregunta a Mary Baker
Eddy, cómo las que me he hecho más arriba.
Y la respuesta
es toda una inspiración para la práctica de la Ciencia Cristiana. “Es el Amor
el que sana, sólo el Amor”.
Quédate en paz.
Nada tienes que hacer. Sólo el Amor sana. Sin Él todo es nada. Sólo Él debe
llenar toda la habitación. Como en la Realidad siempre -y ahora- está
ocurriendo.
Y como la
estudiante no acabara de asimilar el mensaje, la Sra. Eddy concretó qué hay que
hacer: (Se demostrará la curación)“cuando creas lo que dices. Yo creo cada
declaración que hago de la Verdad”(1).
Pero ese creer
no es un acto de voluntad propia. Es la consecuencia de sentir el Amor, al dar
la espalda a todo lo que no refleje la armonía del Amor.
Y sentir en la
oscuridad la paz de Su presencia, ya es un amanecer que prepara no el creer
sino el ver lo que sólo es.
(1) citado en MARY BAKER EDDY, UNA VIDA CONSAGRADA A LA CURACIÓN CRISTIANA,
página 87.
1 comentarios:
Obrigado, José.
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